Durante las últimas décadas, en Bolivia se ha notado la falta de liderazgos a nivel nacional, departamental y local. Las autoridades que han sido electas en diferentes niveles tienen características que no condicen con los liderazgos de anteriores años, un factor importante para hacer notar esta aseveración, es que los líderes que han pasado a la historia tenían un valor fundamental en sus personalidades y es la DETERMINACIÓN para asumir decisiones, esto ayudaba a formar el carácter y a tener un temperamento más fuerte.
Es importante fomentar la formación de nuevos liderazgos con características similares a los que pasaron a la historia, pero también con principios y valores democráticos, dignos de sociedades modernas en el mundo.
El apoyo de instituciones a la formación de líderes debía tener una visión mucho más sostenible en el tiempo, ya que la mayoría de estos apoyos se reducen a cursos o seminarios donde solo se transmiten recetas de un buen líder, sin embargo no se le brinda la oportunidad de aplicar conocimientos y habilidades en proyectos ciudadanos.
Los bolivianos y bolivianas debían tener muchas opciones para elegir a las personas en las que debe recaer la responsabilidad del manejo de la cosa pública, sin embargo se ha advertido el fenómeno de votar por el mejor de los mal formados o representantes de pequeñas porciones de la sociedad civil, que solo conocen demandas sectoriales y no así demandas colectivas, y sin medida alguna se atribuyen las representaciones generales.
Está en manos de todos los ciudadanos y ciudadanas responsables de nuestra sociedad, el impulsar y fomentar la formación y desarrollo de nuevos actores con características y valores que se identifiquen con Bolivia.
