abril 23, 2010

Simón Bolivar


Simón José Antonio de la Santisima Trinidad Bolívar y Palacios nació en Caracas el 24 de julio de 1783. Es considerado como una figura incomparable dentro de la historia hispanoamericana y mundial, ya que tuvo el privilegio de ser un hombre de acción y pensamiento. Su acción política y militar marca la historia del Continente Sur desde el mar Caribe hasta la cordillera andina, desde el Orinoco hasta el Potosí.

Hijo de una familia criolla de origen vasco radicada en América desde finales del siglo XVI, su padre Juan Vicente era miembro de una de las más prominentes familias venezolanas, propietaria y dedicada a la función administrativa. También por parte de su madre, María Concepción Palacios, procedía de familia notable. De niño quedó huérfano de padre, recibiendo una jugosa herencia además de un mayorazgo por parte de un tío eclesiástico.

En su primera infancia residió en Caracas, realizando frecuentes visitas a las posesiones familiares en el valle de Aragua. En 1792, al morir su madre le tutela su abuelo materno, Feliciano Palacios. Tras fallecer este último, pasa a la tutela de su tío, Carlos Palacios.

Bajo la protección de sus familiares, recibió una esmerada educación a cargo de cualificados maestros, entre ellos Andrés Bello y, sobre todo, Simón Rodríguez, pedagogo rousseauniano que influyó decisivamente en su pensamiento. A Simón Rodríguez se le atribuye haber inculcado al joven Bolívar el ideario republicano y la pasión por la libertad.

En 1797 Simón Bolívar comenzó su instrucción militar en el Regimiento de Milicias de Voluntarios Blancos de los Valles de Aragua, al tiempo que continuaba sus estudios de matemáticas, dibujo topográfico, geografía y física, entre otras materias, bajo la tutela de fray Francisco de Andújar.

A los dieciséis años de edad, Bolívar marchó a España, en cuya capital prosiguió sus estudios y conoció a María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, con quien casó en 1802 y a la que perdió al año siguiente, ya en Venezuela. Volvió de nuevo a Europa en 1804 y residió en París durante dos años, al cabo de los cuales decidió regresar a su país y planear la lucha por la independencia, tras los intentos de Miranda.

Para el año de 1810 Simón Bolívar viajó a Londres, con Andrés Bello y Luis López Méndez, por encargo de la junta patriótica. Ya en su patria, se adhirió a la proclamación de la independencia e ingresó en el ejército con el grado de coronel. Bajo las órdenes de Miranda, sometió Valencia, pero en 1812 no pudo mantener Puerto Cabello. Sofocada la rebelión patriótica por los realistas, huyó a Cartagena de Indias, donde dio a conocer su Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño, en la que exponía sus ideas políticas y las causas que habían motivado el fracaso de la revolución.

Bolívar entró en el ejército de Nueva Granada y poco después inició la llamada "Campaña Admirable", que concluyó en 1813 con la proclamación de la Segunda República. Sin embargo, la subsiguiente guerra civil fue adversa para Bolívar y Mariño, quienes se vieron obligados a refugiarse en el oriente del país.

Cuestionado por los caudillos militares, regresó a Nueva Granada, donde apoyó la integración de Bogotá a las Provincias Unidas, pero en 1815, y ante la posibilidad de que estallara una nueva guerra civil, pasó primero a Jamaica, donde dio a conocer su Carta de Jamaica, y después a Haití, desde donde encabezó dos expediciones a Venezuela, antes de instalar su cuartel en Angostura en 1817. Aquí estableció un gobierno y, aliado con Páez, inició la "Campaña del Centro" contra el general realista Pablo Morillo.

Tras convocar el Congreso Constituyente de Angostura en febrero de 1819, Simón Bolívar emprendió la liberación de Nueva Granada. Durante la campaña obtuvo la decisiva victoria de Boyacá. Antes de finalizar el año, el Congreso proclamó una nueva Constitución y la República de Colombia, que comprendía los territorios de las actuales Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá. Tras un breve armisticio, el Libertador –sobrenombre con el que fue conocido– derrotó definitivamente a Morillo en Carabobo, en 1821, y entró triunfante en Caracas. Enseguida inició la liberación de Ecuador y concluyó la campaña de Perú, iniciada por el argentino San Martín, con quien se había entrevistado en Guayaquil en 1822. Con la batalla de Ayacucho, ganada por Sucre en 1824, concluyó la presencia española en el continente.

Un año después Bolívar renunció a los poderes militares excepcionales que se le habían concedido, así como a las recompensas ofrecidas. En los años siguientes tuvieron lugar largas negociaciones en relación a la formación de los distintos países y sus nuevas Constituciones, y en torno a la idea de una Gran Colombia. Pero no tardaron en aflorar los intereses de los caudillos locales, Páez en Venezuela y Santander en Colombia, provocando unos conflictos que hicieron inviable el proyecto globalizador.

Bolívar presentó su renuncia el 27 de abril de 1830 y aquel mismo año intentó embarcarse para Europa con el fin de mejorar su salud, pero estando en Cartagena recibió la noticia del asesinato del general Sucre y la orden de destierro dictada contra su persona. Falleció el 17 de diciembre de 1.830 a la edad de 47 años en la hacienda de un amigo, no sin antes dictar una última proclama en que exhortaba a la consolidación de la Gran Colombia.

En 1842 sus restos fueron trasladados y sepultados en la capilla de la familia Bolívar en la Catedral de Caracas. Más tarde, el 28 de octubre de 1876, fueron inhumados en el Panteón Nacional.

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