abril 30, 2010

ACCIÓN EFECTIVA


Un coleccionista de relojes antiguos se encontró cierta vez con que uno de sus favoritos había dejado de funcionar.
Angustiado, consultó a decenas de expertos, pero ninguno pudo arreglarlo.
Hasta que dio con alguien que, después de examinar la joya durante un buen rato, tomo un pequeño martillo, le dio un golpecito en cierto lugar preciso, y el reloj comenzó a funcionar.
Feliz, el coleccionista preguntó: ¿Cuánto le debo?
Mil dólares, contestó el otro.
¿Está loco? ¿Mil dólares por un golpecito?
No, el golpecito cuesta 1 dólar.
Saber dónde y cómo darlo, 999.

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