diciembre 28, 2010

Mensaje de Fin de Año

Luis Fernando Sanjinés

Ya llega el 2011, año de la consolidación del Instituto de Entrenamiento & Consultoría LIDES como la referencia por excelencia en los temas de educación, gerencia, desarrollo, liderazgo y crecimiento personal.
Muchos proyectos, muchos sueños por realizar, estamos muy entusiasmados y motivados para seguir creciendo y aprender a ser líderes, para este año tendremos muy buenas oportunidades para todos los afiliados y personas que nos siguen.

IE&C LIDES: El Instituto de Entrenamiento & Consultoría LIDES reunirá a empresas consultoras, consultores independientes y los miembros afiliados en la ciudad de La Paz, y a través de los representantes en otros departamentos del País.
El IE&C LIDES es un organismo que nace a partir de la idea de brindar formación y especialización a profesionales de diferentes áreas. Se impartirán cursos de formación en Monitor, Facilitador, Consultor, Entrenador y Mentor LIDES, para ser un Instructor Profesional mediante la conjunción de la sabiduría milenaria aprendida y las nuevas técnicas educativas como ser Programación Neuro-Lingüística, Inteligencias Múltiples, Asertividad y otras.
Curso para Monitor (Enero), Es el primer módulo de capacitación para ser un instructor profesional.
Instruye a los participantes las bases fundamentales de LIDES.
Muestra la Planificación, Organización, Ejecución y Evaluación de Proyectos de Capacitación.
Estimula el desarrollo del talento humano.
Identificar las competencias de los participantes.
Conferencia Liderazgo Transformacional (Febrero), las personas hoy en día deben comprender que el liderazgo moderno exige conocer las técnicas precias de trabajo en equipo, requiere saber como se puede descubrir a un líder nato y sobre todo como cualquiera de nosotros puede adquirir el carisma de un gran líder. Comprender que un líder va más allá de dar órdenes y gritos, sino que tiene responsabilidades mayores como es la visión hacia las nuevas formas de éxito y de obtener nuevos resultados.
Seminario Taller Comunicación Asertiva (Marzo)
Taller Trabajo en Equipo (Mayo)
Curso para Monitor (Junio)
Taller PNL Programación Neuro Lingüística (Agosto)
Taller Diseño de Proyectos (Septiembre)

Estamos creciendo y nos sentimos orgullosos de nuestra labor, queremos dar la gracias a nuestros afiliados, hemos logrado reunir un staff de gente maravillosa. También le damos las gracias a nuestros seguidores y a los participantes que nos honran con su preferencia en los diferentes programas de formación, los mensajes que nos dejan a través del correo electrónico y las redes sociales, su opinión es importante y el contacto es siempre de aliento y felicitación, nos sentimos muy honrados con ello.
Esperamos de todo corazón que al igual que a nosotros este año les conceda la oportunidad de realizar todos sus sueños, de todas maneras estaremos siempre allí para ayudarlos en lo que podamos y así lograr un mejor país.

diciembre 16, 2010

Un Mensaje de Navidad

Autor: Franco Soldi

El ser humano vive en promedio aproximadamente 70 años, si es que tiene suerte. Esto significa setenta primaveras, setenta inviernos y setenta Navidades. ¿Visto así no parece mucho tiempo verdad ?

Me cuesta trabajo recordar la última Navidad que pasé junto con toda mi familia. Es triste pensar que el destino nos haya separado tanto y que estemos cada uno en un rincón distinto del planeta. Recuerdo una gran mesa, los abuelos en la cabecera todos alrededor conversando de cosas poco trascendentales, yo tendría entre cinco y seis años por lo que me encontraba ansioso de que todo terminara ya que Santa Claus debía pasar por allí esa noche.

Me acuerdo como mi padre me ayudaba a dejar mi zapato en el lugar correcto para que Santa no se equivocara de regalos. Me tardaba horas en dormirme soñando con la ilusión de la mañana siguiente. Al despertar todo era alegría, juguetes, sonrisas, desayuno y chocolate caliente con panetonne. A esa edad no recuerdo problemas o discusiones. Todo parece ponerse en pausa en la mente de un niño durante la época decembrina.

Lo que yo más recuerdo es estar con mis padres, sus abrazos y cariños. Creo que al final de nuestras setenta Navidades, que pasan siempre más rápido de lo que uno espera recordaremos esos momentos, esa cartita que te escribió tu hijo, ese beso amoroso de tu pareja, la sensación de estar todos juntos sin importar lo buena o mala, abundante o frugal mesa de Navidad.

¿Qué recuerdas tú de las Navidades? Si te pones a pensar en el pasado que imágenes te vienen a la mente? Para algunos Diciembre es un mes triste, todos hemos tenidos buenos y malos momentos pero son nuestros momentos, nuestra historia y cada uno con su sabor peculiar forman parte de nuestro paso por esta vida.

Pensar que nuestra religión y nuestras creencias llevan a un gran grupo de personas a celebrar la fecha del nacimiento de Jesucristo y las costumbres nos dicen que es un momento de dar. Me encanta observar a la gente en los centros comerciales en los últimos días antes de noche buena. Es una locura entre ofertas, gritos, interminables colas y niños corriendo.

En el fondo el ser humano tiene una necesidad de dar que luego no aprovechamos por juicios de poca lógica. No existe nada de malo en entregar lindos regalos a tus hijos pero también regálales la capacidad de dar y compartir. Por qué no pruebas este año comprar unas galletitas, unos chocolates y llevarte a tus hijos a un asilo de ancianos o a un orfanato para que te ayuden a darle Navidad a alguien que no tiene nada ni a nadie. Cuesta trabajo incluso el imaginarlo pero estoy seguro que cuando lo hagas la Navidad entrará por la puerta grande en tu corazón y en tu hogar.

La verdad es que no pretendo decirte cómo vivir tus celebraciones o tus fiestas y mucho menos indicarte como vivir tu vida, solo tengo la intención de compartir contigo momentos y pensamientos que han cambiado mi forma de ser y que me invitaron a ver el mundo desde una perspectiva diferente. Solo pretendo decirte que la vida es muy corta. Esta Navidad será la última para muchos seres humanos y nadie tiene el tiempo contado, “hazla valer” y te darás cuenta que una persona prevalece cuando hace algo especial por alguien más.

Haz Navidad. Descubre el poder que tiene una sonrisa, un abrazo y un te quiero. Regala momentos. Revive el mensaje.

Confucio solía decir: “Vive cada minuto de tu vida como al momento de tu muerte quisieras haber vivido”.

Feliz Navidad te deseo con cariño en donde te encuentres querido lector anónimo.

diciembre 13, 2010

Los 7 Hábitos para Empresarios

Autor: Stephen R. Covey

El ser empresario es una de las opciones de carrera más excitantes y, al mismo tiempo, más retadoras en los ámbitos personal y profesional. Al seguir los principios universales de efectividad, puede incrementar tanto su calidad de vida como sus probabilidades de éxito. Les ofrezco una revisión de los 7 Hábitos de las Personas Altamente Efectivas para Empresarios.

Hábito 1: Sea Proactivo
Muchas personas se limitan a iniciar nuevos proyectos sólo cuando las condiciones parecen positivas o favorables. Es decir, trabajan reactivamente en función de las señales del mercado. En cambio, un empresario proactivo analizará las razones por las cuales un proyecto puede triunfar en el largo plazo y desarrollará procesos para lograr el éxito, aunque las condiciones puedan parecer cuesta arriba. Evidentemente, esto no debe ser llevado al extremo: se trata de ser proactivo y descubrir nichos y oportunidades en áreas de baja o nula competencia antes que sus competidores descubran la oportunidad, sin descuidar los ciclos del negocio y de flujo de caja.

Por mi experiencia personal en la creación de Covey Leadership Center y luego la fusión que creó Franklin Covey Co., he aplicado un técnica sencilla que me ayuda a calcular el riesgo. Cuento hasta 10 – y a veces hasta 50 – cuando tengo una nueva idea, insertando de esta manera una breve pausa entre el estímulo y mi respuesta al mismo. Esta técnica básica me ayuda a controlarme y no ser excesivamente reactivo o imprudente.

Hábito 2: Empiece con el Fin en la Mente
La cultura de una compañía se establece desde las etapas iniciales de su crecimiento por lo que es vital que se empiece con claro sentido de visión y propósito. La creación de su misión personal le dará el mejor punto de inicio para el desarrollo del propósito de su empresa.

¿Cómo desearía que sus allegados lo recuerden? ¿Qué legado desea dejar a su paso?

Empiece por listar los principales roles de su vida. Luego, enfóquese en fijar uno o dos objetivos a largo plazo para cada rol. Entonces, desarrolle un enunciado de misión describiendo el propósito de su vida e incorporando estas metas.

La inversión de tiempo en preparar su misión personal se verá recompensada ya que le apoyará en mantenerse en su curso y decir "no" a aquellas actividades que no apoyen sus prioridades a largo plazo. Le ayudará a no sobrecargarse o sentirse abrumado por los muchos sombreros que debe llevar en su actividad empresarial. Una vez definidas sus metas, prioritícelas cuando decida como invertir su tiempo. Cada semana planifique sus actividades en función de las dos o tres tareas que le permitirán avanzar hacia sus metas en los distintos roles. Al definir aquellas tareas que constituyen avances significativos, asigne el tiempo necesario y organice sus otras actividades en función de lo más importante. No recargue su agenda ya que necesitará tiempo para atender a sus empleados y conversar sobre asuntos del quehacer diario y solventar aquellas situaciones que sean más complejas. Así irá alimentando la confianza entre sus empleados y usted.

Evite desperdiciar su atención en tareas que sean urgentes pero no agreguen valor a su actividad. Plantéese la postergación de estas actividades hasta que tenga oportunidad de solucionarlas, dándose el tiempo necesario para responder de manera adecuada y faculte a los miembros de su staff; de esta manera, usted podrá enfocarse en la visión de conjunto liderando los procesos productivos.

Hábito 3: Poner Primero lo Primero
Si usted ha sido honesto en la definición de sus metas y principios en su enunciado de misión, usted tendrá el fuego interno para perseguir sus metas. Así podrá enfocar sus esfuerzos. Tal vez no sea tan popular, pero al demostrar su confiabilidad y aumentar la efectividad de sus esfuerzos, aumentará sus probabilidades de éxito. Pero no sea rígido en extremo: pueden surgir cosas más importantes que los planes o metas trazados inicialmente. Cuando suceda, será un momento crucial de autoanálisis y foco para concentrarse en sus valores y tomar la decisión más adecuada.

Con la integración de los 3 primeros Hábitos, se logra la Victoria Privada que nos prepara para la optimización de nuestras relaciones.

Hábito 4: Pensar Ganar-Ganar
Es imposible construir una empresa exitosa sin el apoyo de sus empleados. Algunos empresarios piensan que al fomentar la competencia interna incrementa la productividad, pero se limitan a crear conflictos entre departamentos. Ya tiene suficiente competencia en el mercado así que no la necesita en su lugar de trabajo.

Los acuerdos ganar-ganar, ya sean escritos o informales, deben ser adecuados a las necesidades, habilidades y experiencia de cada empleado. El compromiso del empleado es alcanzar las metas establecidas en consenso. El suyo es ayudarlo a alanzar estos resultados. Incluya en el acuerdo recompensas por metas a obtener y cumpla su promesa en el momento de la evaluación. Cuando todos saben que tiene una oportunidad de ganar en sus propios términos, la productividad se eleva.

Hábito 5: Busque Primero Entender y Luego Ser Entendido
Muchos empresarios disfrutan al controlar las tomas de decisiones a todo nivel, pero esto mata la creatividad y autoestima de su equipo. Pero si usted esta dispuesto a compartir el poder, la información y las ideas - e incluso la propiedad de la compañía - crea un vasto rango de oportunidades. Esto implica que usted debe estar dispuesto a escuchar realmente.

Una forma de empezar es solicitando recomendaciones para solucionar los problemas más importantes de la empresa que usted esté tratando de resolver.

Muchos empresarios se quejan de que sus empleados no los apoyan pero es que no han creado las condiciones para que esto suceda. Invierta en reclutar la personas con capacidades complementarias y favorezca el intercambio productivo y enfocado de ideas, mediante el desarrollo de sistemas de remuneración y desarrollo de nuevos productos que premien la inventiva y el coraje de defender el propio punto de vista.

Si esta empezando un nuevo negocio, sería recomendable que cree un Consejo Consultivo, La experiencia de personas fuertes, independientes y objetivas, con diversos tipos de experticia, le ayudará a ser realista y objetivo. Y si el negocio prospera, este grupo podría convertirse en su Junta Directiva.

Hábito 6: Sinergizar
Para ser exitoso, debe conformar un equipo en el cual se complementen las diversas capacidades. Claro, que si usted se agobia con las diversas crisis que surgen día a da en el desarrollo de su empresa, no puede invertir mucho tiempo en el reclutamiento y selección de personal.

En mi experiencia personal en el desarrollo de Covey Leadership Center, he descubierto que las personas interdependientes son más eficientes al organizarle trabajo de equipo para lograr objetivos específicos. La mejor forma de determinar el nivel de interdependencia es hacer las preguntas correctas en las entrevistas. Pregúntele sobre las actividades que más disfruta. Por ejemplo, si un candidato adora los deportes individuales de alta competencia, esto podría ser un signo de independencia que podría ser perturbador en el grupo que usted esta formando.

Esto no significa que lo deba descartar de inmediato, pero es una voz de alerta. Al final confíe no solo en su cabeza sino también en su corazón: si siente que esa persona combina con su empresa, contrátela.

Hábito 7: Afile la Sierra
Aun aquellos empresarios que llevan una vida balanceada se olvidan de mantener la herramienta fundamental: su propio cuerpo. Dedicar 5 o 6 horas semanales al ejercicio no es una diversión, sino una necesidad.

Además debe buscar renovarse en el plano espiritual. La respuesta puede ser la meditación o la práctica de su culto religioso. Pero el leer buena literatura - no sólo libros sobre negocios - puede ser inspirador. Aproveche su tiempo para mantener aquellas relaciones personales importantes: escriba cartas, haga esa llamada telefónica, o la visita que ha venido posponiendo. Busque formas de servir a otros, tal vez se pueda involucrar en actividades de caridad. Todas estas actividades le ayudarán a crear un estilo de vida satisfactorio en el largo plazo.

Los 7 Hábitos se sustentan en la visión a largo plazo. En algunos momentos sentirá presiones y desbalances pero si incorpora la planificación efectiva en su rutina, reducirá su nivel de estrés y descubrirá que su negocio y su vida son mucho más satisfactorias.

diciembre 07, 2010

Los 10 pergaminos del Éxito

EL VENDEDOR MÁS GRANDE DEL MUNDO
"PERGAMINO NÚMERO UNO"

Hoy comienzo una nueva vida.


Hoy mudaré mi viejo pellejo que ha sufrido, durante tanto tiempo, las contusiones del fracaso y las heridas de la mediocridad.

Hoy nazco de nuevo y mi lugar de nacimiento es una viña donde hay fruto para todos.
Hoy cosecharé uvas de sabiduría de las vides más altas y cargadas de frutas de la viña, porque estas fueron plantadas por los más sabios de mi profesión que han venido antes que yo, de generación en generación.

Hoy saborearé el gusto de las uvas frescas de las vides, y ciertamente me tragaré la semilla del éxito encerrada en cada una, y una nueva vida retoñará dentro de mí.

La carrera que he escogido está repleta de oportunidades, y al mismo tiempo llena de angustia y desesperación, y los cadáveres de aquellos que han fracasado, si se los pusiera uno encima de otro, proyectarían su sombra por encima de todas las pirámides de la tierra.

Y sin embargo no fracasaré como los otros, puesto que en mis manos sostengo las cartas de marear que me guiarán a través de corrientes peligrosas hasta las playas que solo ayer me parecían un sueño.

El fracaso no será mi recompensa por la lucha. Así como la naturaleza no ha hecho provisión alguna para que mi cuerpo tolere el dolor, tampoco ha hecho provisión para que mi vida sufra el fracaso.

El fracaso como el dolor, es ajeno a mi vida. En el pasado lo acepté como acepté el dolor.
Ahora lo rechazo y estoy preparado para abrazar la sabiduría y los principios que me sacarán de las sombras para internarme en la luz resplandeciente de la riqueza, la posición y la felicidad, muy superiores a mis más extravagantes sueños hasta que aun las manzanas de oro en el jardín de las Hespérides no parezcan otra cosa que mi justa recompensa.

El tiempo le enseña todas las cosas a aquel que vive para siempre, pero no puedo darme el lujo de la eternidad. Y sin embargo dentro del tiempo que se me ha asignado debo practicar el arte de la paciencia, porque la naturaleza no procede jamás con apresuramiento.

Para crear el olivo, el rey de todos los árboles, se requieren 100 años. Una planta de cebolla es vieja después de 9 semanas. He vivido como una planta de cebolla. Pero no he estado conforme con ello. Ahora quisiera ser el más grande de los árboles de olivo, y en realidad el más grande de los vendedores.

¿Y cómo lo lograré? Porque no tengo ni el conocimiento ni la experiencia para alcanzar la grandeza, y ya he tropezado con la ignorancia y caído en el charco de la compasión por mí mismo.

La respuesta es sencilla. Comenzaré mi viaje sin el estorbo de los conocimientos innecesarios o la desventaja de una experiencia carente de significado.

La naturaleza me ha proporcionado ya el conocimiento y el instinto, muy superiores a los de cualquier bestia en el bosque; y a la experiencia se le ha asignado un valor exagerado, especialmente por los viejos que asienten sabiamente con la cabeza y hablan estúpidamente.

En realidad la experiencia enseña sistemáticamente, y sin embargo su curso de instrucción devora los años del hombre de manera que el valor de sus lecciones disminuyen con el tiempo necesario para adquirir su sabiduría especial. Y al final se ha malgastado en hombres que han muerto. Además, la experiencia se compara con la moda. Una acción o medida que tuvo éxito hoy será irresoluble e impráctica mañana.

Solamente los principios perduran y estos poseo, porque las leyes que me conducirán a la grandeza figuran en las palabras de estos pergaminos. Me enseñan más a evitar el fracaso que a alcanzar el éxito, porque, ¿qué es el éxito sino un estado mental? ¿Cuáles dos personas, entre mil sabios, definirán el éxito con las mismas palabras? Y sin embargo el fracaso se describe siempre de la misma forma.

El fracaso es la incapacidad del hombre de alcanzar sus metas en la vida, cualesquiera sean.

En realidad, la única diferencia entre aquellos que han fracasado y aquellos que han tenido éxito reside en la diferencia de sus hábitos. Los buenos hábitos son la clave de todo éxito.

Los malos hábitos son la puerta abierta al fracaso. De manera, entonces, que la primera ley que obedeceré, y que precede a todas las otras es la siguiente: me formaré buenos hábitos, y seré el esclavo de esos hábitos.

Cuando era niño, era esclavo de mis impulsos, ahora soy esclavo de mis hábitos, como lo son todos los hombres crecidos. He rendido mi libre albedrío a los años de hábitos acumulados, y las acciones pasadas de mi vida han señalado ya un camino que amenaza aprisionar mi futuro.

Mis acciones son gobernadas por el apetito, la pasión, el prejuicio, la avaricia, el amor, temor, medio ambiente y hábitos; el peor de estos tiranos es el hábito. Por lo tanto si tengo que ser esclavo de los hábitos, que sea esclavo de los buenos hábitos. Los malos hábitos deben ser destruidos y nuevos surcos preparados para la buena semilla.

Adquiriré buenos hábitos y me convertiré en su esclavo.

¿Y cómo realizaré esta difícil empresa? Lo haré por medio de estos pergaminos, porque cada uno contiene un principio que desalojará de mi vida un hábito malo y lo reemplazará con uno que me acerque al éxito. Porque hay otra ley de la naturaleza que dice que solo un hábito puede dominar a otro. Así pues, para que estas palabras escritas cumplan la tarea para la cual han sido designadas, debo disciplinarme a mí mismo y adquirir el primero de mis nuevos hábitos que es el siguiente.

Leeré cada pergamino durante 30 días en esta forma prescrita, antes de proceder a la lectura del pergamino siguiente.

Primero, leeré las palabras en silencio cuando me levanto por la mañana. Luego leeré las palabras en silencio después de haber participado de la comida del mediodía. Finalmente leeré las palabras de nuevo antes de acostarme al finalizar el día, y aún más importante, en esta oportunidad leeré las palabras en voz alta.

Al día siguiente repetiré este procedimiento, y continuaré de esta manera durante 30 días.

Luego empezaré el siguiente pergamino y repetiré este procedimiento durante otros treinta días. Continuaré en esta misma forma hasta que haya vivido con cada uno de los pergaminos durante 30 días y mi lectura diaria se haya convertido en hábito.

¿Y qué realizaré mediante este hábito? Reside aquí el secreto oculto de todas las realizaciones del hombre. Al repetir diariamente las palabras, se convertirán pronto en parte integral de mi mente activa, pero aún más importante, se filtrarán también hasta la otra mente mía, ese misterioso venero que nunca duerme, que crea mis sueños, y con frecuencia me hace proceder en una forma que no comprendo.

A medida que las palabras de estos pergaminos son absorbidas por mi misteriosa mente, comenzaré a despertar, todas las mañanas, con una vitalidad que no he conocido nunca. Mi vigor aumentará, mi entusiasmo se acrecentará, mi deseo de enfrentarme con el mundo dominará a todos los temores que antes me asaltaban al amanecer, y seré más feliz de lo que jamás había pensado que fuese posible en este mundo de luchas y dolor.

Finalmente, descubriré que reacciono ante todas las situaciones que me confrontan como los pergaminos me ordenaron que reaccionara, y pronto estas acciones y reacciones serán fáciles de realizar, porque todo acto se hace fácil con la práctica.

De manera, entonces, que nacerá un hábito nuevo y bueno, porque cuando un acto se hace fácil mediante la repetición constante se convierte en un placer realizarlo, y si es un placer realizarlo corresponde a la naturaleza del hombre el realizarlo a menudo. Cuando lo hago con frecuencia se convierte en un hábito y yo me convierto en su esclavo y puesto que este es un buen hábito, esta es mi voluntad.

Hoy comienzo una nueva vida.

Y me hago un solemne juramento de que nada retardará el crecimiento de mi nueva vida. No interrumpiré ni un día estas lecturas porque el día que pierda no podrá recobrarse jamás ni podré sustituirlo por otro. No debo interrumpir, no interrumpiré este hábito de la lectura diaria de estos pergaminos, y en realidad, los pocos momentos que pase todos los días en este nuevo hábito serán un precio insignificante que tendré que pagar por la felicidad y el éxito que serán míos.

Y mientras leo y releo las palabras de los pergamino siguientes, no permitiré jamás que la brevedad de cada pergamino ni la sencillez de sus palabras me lleven a tratar livianamente su mensaje. Miles de uvas se prensan para llenar una botella de vino y el hollejo y la pulpa son arrojados a los pájaros. Así es con estas uvas de la sabiduría de los siglos. Mucho se ha filtrado y arrojado a los vientos.

Solamente la verdad pura yace destilada en las palabras que vendrán. Beberé según las instrucciones y no derramaré ni una gota, y la semilla del éxito ingeriré.

Hoy mi viejo pellejo se ha vuelto como polvo. Caminaré erguido entre los hombres y no me reconocerán, porque hoy soy un nuevo hombre, con una nueva vida.


"PERGAMINO NÚMERO DOS"

Saludaré este día con amor en mi corazón.

Porque este es el secreto más grande del éxito en todas las empresas. La fuerza muscular podrá partir un escudo y aun destruir la vida, pero solo el poder invisible del amor puede abrir el corazón del hombre, y hasta que no domine este arte no seré más que un mercachifle en el mercado. Haré del amor mi arma más poderosa y nadie a quien yo visite, podrá defenderse de su fuerza.
Podrán contradecir mi razonamiento; podrán desaprobar mi manera de vestir; podrán rechazar mi rostro, y hasta podrán sospechar de mis ofertas especiales; y sin embargo mi amor les derretirá el corazón, al igual que los rayos del sol entibian la más fría arcilla.

Saludaré este día con amor en mi corazón.

¿Y cómo lo haré? De aquí en adelante contemplaré todas las cosas con amor y naceré de nuevo. Amaré al sol porque me calienta los huesos; pero también amaré la lluvia porque purifica mi espíritu. Amaré la luz porque me señala el camino; pero también amaré la oscuridad porque me señala las estrellas. Acogeré la felicidad porque engrandece mi corazón; pero también soportaré la tristeza porque descubre mi alma. Reconoceré la recompensa porque constituye mi pago; pero también daré acogida a los obstáculos porque
constituye para mi un desafío.

Saludaré este día con amor en mi corazón.

¿Y cómo hablaré? Elogiaré a mis enemigos y se convertirán en amigos míos. Animaré a mis amigos y se volverán mis hermanos. Ahondaré siempre en busca de razones para elogiar; nunca me allanaré a buscar excusas para el chisme. Cuando sienta la tentación de criticar, me morderé la lengua; cuando me sienta inspirado a elogiar, lo proclamaré a los cuatro vientos.

¿No sucede que los pájaros, el viento, el mar y la naturaleza toda hablan con la música de la alabanza para su creador? ¿No puedo acaso hablar con la misma música a sus hijos? De aquí en adelante recordaré este secreto que cambiará mi vida.

Saludaré este día con amor en mi corazón.

¿Y cómo procederé? Amaré a todas las clases de hombres porque cada uno tiene sus cualidades dignas de ser admiradas aunque quizá estén ocultas. Derribaré la muralla de sospecha y de odio que han construido alrededor de sus corazones, y en su lugar edificaré puentes para llegar por ellos a sus almas.

Amaré al que tiene ambiciones porque podrá inspirarme; amaré a los que han fracasado porque pueden enseñarme. Amaré a los reyes porque son solamente humanos; amaré a los humildes porque son divinos. Amaré a los ricos porque sufren la oscuridad; amaré a los pobres porque son tantos. Amaré a los jóvenes por la fe a que se aferran; amaré a los ancianos por la sabiduría que comparten. Amaré a los hermoso por sus ojos de tristeza; amaré a los feos por sus almas saturadas de paz.

Saludaré este día con amor en mi corazón.

¿Y como reaccionaré ante la conducta de los demás? Con amor. Porque así como el amor es el arma con la que me propongo abrir el corazón del hombre, el amor es también mi escudo para resistir los dardos de odio y las lanzas de ira. La adversidad y el desánimo azotarán cual huracán mi nuevo escudo, hasta quedar finalmente reducidos a fina lluvia. Mi escudo me protegerá en el mercado, me sostendrá cuando estoy solo. Me estimulará en momentos de desánimo, pero también me calmará en épocas de gozoso transporte. Con el uso se fortalecerá y me protegerá cada vez más, hasta que un día lo pondré a un lado y caminaré sin estorbos entre todos los hombres, y cuando lo haga, mi nombre será enarbolado bien alto en la pirámide de la vida.

Saludaré este día con amor en mi corazón.

¿Y cómo me enfrentaré con las personas con quienes me encuentro? De una sola manera. En silencio y en mi fuero interno me dirigiré a él y le diré que le amo. Aunque dichas en silencio estas palabras se reflejarán en mis ojos, serenarán mi frente, harán que una sonrisa se asome en mis labios, y harán eco en mi voz; y su corazón se abrirá. ¿Y quién es aquel que se negará a comprar mis mercaderías cuando en su corazón sienta mi amor?

Saludaré este día con amor en mi corazón.

Y principalmente me amaré a mi mismo. Porque cuando lo hago, vigilaré celosamente todo lo que entra en mi cuerpo, mi mente, mi alma y mi corazón. Nunca jamás mimaré los apetitos de la carne, sino que más bien trataré mi cuerpo con limpieza y moderación. Nunca
permitiré que mi mente sea atraída por el mal y la desesperación, sino más bien la estimularé con los conocimientos y la sabiduría de los siglos. Nunca le permitiré a mi alma que se vuelva complaciente y satisfecha; por el contrario la alimentaré con la meditación y la oración. No permitiré nunca que mi corazón se empequeñezca o se amargue; sino más bien lo compartiré y crecerá y alegrará la tierra.

Saludaré este día con amor en mi corazón.

De aquí en adelante amaré a toda la humanidad. Desde este momento todo el odio ha sido extraído de mis venas, porque no tengo tiempo para odiar, solo tengo tiempo para amar. desde este momento doy el primer paso requerido para convertirme en un hombre entre los
hombres. Con amor aumentaré mis ventas en un ciento por ciento y me convertiré en un gran vendedor. Aunque no posea otras cualidades, puedo alcanzar el éxito tan solo con el amor.

Sin este fracasaré aunque posea todos los conocimientos y habilidades del mundo.
Saludaré este día con amor en mi corazón.

"PERGAMINO NÚMERO TRES"

Persistiré hasta alcanzar el éxito.

En el Oriente los toros jóvenes son puestos a prueba en cierta forma para la corrida en la plaza. Estos toros son traídos a la plaza y se les deja atacar al picador que los pica con una lanza. La bravura de cada toro se calcula entonces con cuidado, según la veces que demostró su disposición de embestir a pesar de la picadura de la lanza. De aquí en adelante reconoceré que todos los días la vida me pone a prueba en igual forma. Si persisto, si sigo probando; si continúo embistiendo, alcanzaré el éxito.

Persistiré hasta alcanzar el éxito.

En este mundo no nací en derrota, ni el fracaso corre por mis venas. No soy una oveja que espera ser aguijoneada por el pastor. Soy un león y me niego a hablar, a caminar o a dormir con las ovejas. Me abstendré de escuchar a aquellos que lloran y se quejan, porque la enfermedad es contagiosa. Que ellos se unan a las ovejas. El matadero del fracaso no es mi destino.

Persistiré hasta alcanzar el éxito.

Los premios de la vida se encuentran al fin de cada jornada, y no cerca del comienzo, y no me corresponde a mí saber cuantos pasos son necesarios a fin de alcanzar mi meta. Puede aún sobrecogerme el fracaso al dar mi milésimo paso, y sin embargo quizá el éxito se oculte detrás del siguiente recodo del camino. Jamás sabré cuán cerca estoy del éxito a menos que doble la esquina.

Siempre daré un paso más. Si ese no es suficiente daré otro y aun otro. En realidad, un paso por vez no es muy difícil.

Persistiré hasta alcanzar el éxito.

De aquí en adelante consideraré el esfuerzo de cada día como un golpe de la hoja del hacha contra un poderoso roble. El primer golpe quizá ni cause temblor en el árbol, ni el segundo ni el tercero. Cada golpe en sí mismo quizá sea insignificante y al parecer sin consecuencia.
Y sin embargo como resultado de golpes endebles, el roble finalmente se tumbará. Y así con será mis esfuerzos de hoy.

Se me comparará con las gotas de lluvia que finalmente se llevan la montaña; la hormiga que devora al tigre; la estrella que ilumina la tierra; el esclavo que construye una pirámide.
Edificaré mi castillo usando un ladrillo por vez porque yo sé que los pequeños intentos, repetidos, completarán cualquier empresa.

Persistiré hasta alcanzar el éxito.

Jamás aceptaré la derrota y borraré de mi vocabulario palabras o frases como abandono, no puedo, imposible, improbable, fracaso, impráctico, sin esperanzas y retirada, porque si esta enfermedad de la mente me atacara, seguiría trabajando en medio de la desesperación.

Trabajaré y aguantaré. Pasaré por alto los obstáculos que se irguen a mis pies, y mantendré fijos los ojos en las metas por encima de mi cabeza, porque sé que donde termina el árido desierto, crece la verde vegetación.

Persistiré hasta alcanzar el éxito.

Recordaré la antiquísima ley de los promedios y la adaptaré para mi beneficio. Persistiré con la convicción de que cada vez que fracase en una venta, aumentarán las posibilidades de éxito en la tentativa siguiente.

Todo "no" que escuche me aproximará al sonido de un "sí".
Toda mirada de desaprobación que me encuentre, solo me prepara para la sonrisa que hallaré después. Cada desventura que me sobrevenga contendrá en sí la semilla de la buena suerte del mañana. Debo contemplar la noche para apreciar el día. Debo fracasar con frecuencia para tener éxito una sola vez.

Persistiré hasta alcanzar el éxito.

Persistiré, persistiré, persistiré de nuevo. Cada obstáculo que se me presente, lo consideraré como un mero rodeo en el camino que me lleva a la meta, y un desafío a mi profesión.

Persistiré y desarrollaré mis habilidades como el marino desarrolla las suyas, aprendiendo a dominar la furia de cada tormenta.

Persistiré hasta alcanzar el éxito.

De aquí en adelante, aprenderé y aplicaré otro secreto de aquellos que sobresalen en su trabajo. Cuando haya terminado el día, sin tener en cuenta si ha sido un éxito o fracaso, procuraré realizar un venta más. Cuando mis pensamientos inviten a mi cansado cuerpo a retornar a la casa, resistiré la tentación de hacerlo.

Trataré de realizar una venta más. Haré un intento más de cerrar el día con una victoria, y si ese intento fracasa, haré otro. No permitiré jamás que ningún día termine en fracaso.

De esta manera plantaré la semilla del éxito del mañana y lograré una ventaja insuperable sobre aquellos que cesan de trabajar a una hora prescrita. Cuando otros ponen fin a la lucha, la mía habrá comenzado, y mi cosecha será amplia.

Persistiré hasta alcanzar el éxito.

Tampoco permitiré que los éxitos del ayer me hagan caer en el sopor de la complacencia del hoy, puesto que este es el gran fundamento del fracaso. Me olvidaré de los acontecimientos del día que ha pasado, ya fuesen buenos o malos y saludaré el nuevo día con confianza de que este será el mejor día de mi vida.

Mientras haya hálito en mí, persistiré, porque ahora conozco uno de los grandes principios del éxito; si persisto lo suficiente, alcanzaré la victoria.

Persistiré.

Alcanzaré la victoria.

"PERGAMINO NÚMERO CUATRO"

Soy el milagro más grande de la naturaleza.

Desde el comienzo del mundo, nunca ha existido otro con mi mente, mi cabello, mi boca.

Nadie ha podido, ni puede ni podrá caminar y andar y moverse y pensar exactamente como yo. Todos los hombres son hermanos míos y sin embargo soy diferente de cada uno de ellos. soy una criatura única.

Aunque figuro en reino animal, lo animal solamente no me satisfará. Dentro de mí arde una llama que ha pasado a través de incontables generaciones, y su calor constituye un constante incentivo para mi espíritu de ser mejor de lo que soy, y lo seré. Avivaré esta llama de la disconformidad y proclamaré mi singularidad ante el mundo.

Nadie puede manejar el pincel ni el cincel como yo; nadie puede imitar exactamente mi caligrafía, nadie podrá engendrar a mi hijo y en realidad nadie tiene la habilidad de vender igual que yo. De aquí en adelante, me aprovecharé de esta diferencia puesto que es un factor que debo estimular hasta el máximo.

Soy el milagro más grande de la naturaleza.

No haré más intentos vanos de imitar a otros. En cambio exhibiré mi singularidad en el mercado. La proclamaré, sí, la venderé. Comenzaré ahora a acentuar la diferencias; a ocultar mis similitudes. Así también aplicaré este principio a las mercancías que vendo. Un vendedor y su mercancía, diferente de todos los demás, y orgulloso de la diferencia.

Soy un ser único de la naturaleza.

Soy una cosa rara, y existe valor en todo lo raro; por lo tanto soy de valor. Soy el resultado de miles de años de progreso; por lo tanto estoy mejor equipado, tanto mental como corporalmente, que todos los emperadores y sabios que me precedieron.

Pero mi habilidad, mi mente, mi corazón y mi cuerpo se estancarán, se corromperán y morirán a menos que les dé buen uso. Tengo un potencial ilimitado. Empleo solamente una pequeña porción de mi cerebro, ejercito solamente una ínfima porción de mis músculos.

Puedo mejorar en un ciento por ciento más mis éxitos de ayer, y esto haré, a partir de hoy.

Nunca jamás quedaré satisfecho con los éxitos del ayer, ni me entregaré tampoco a la alabanza personal por los hechos que en realidad son demasiado pequeños para aún ser reconocidos. Puedo realizar mucho más de lo que he realizado y lo haré, pues ¿por qué razón el milagro que me produjo debe terminar con mi nacimiento? ¿Por qué no puedo extender ese milagro a mis hechos de hoy?

Soy el milagro más grande de la naturaleza.

No estoy de casualidad en esta tierra. Estoy aquí con un propósito, y ese propósito es crecer hasta convertirme en montaña, y no encogerme hasta parecer un grano de arena. De aquí en adelante concentraré todos mis esfuerzos en transformarme en la montaña más elevada de todas, y exigiré a mi poder hasta que me pida tregua.

Acrecentaré mis conocimientos de la humanidad, de mí mismo y de las mercancías que venda, de manera que mis ventas se multipliquen. Practicaré y mejoraré y puliré las palabras que pronuncio para vender mis mercancías, porque este es el cimiento sobre el cual edificaré mi carrera y nunca me olvidaré que muchos han alcanzado grandes riquezas y éxito mediante un solo discurso de ventas pronunciado con excelencia. Asimismo procuraré constantemente mejorar mis modales y atractivos, puesto que son el azúcar hacia la cual todos son atraídos.

Soy el milagro más grande de la naturaleza.

Concentraré todas mis energías en hacer frente al desafío del momento. y mis actos contribuirán a que me olvide de todo lo demás. Los problemas de mi casa los dejaré en casa.

No pensaré en mi familia cuando esté en el mercado, porque esto ensombrecerá mis pensamientos. De igual manera los problemas inherentes al mercado serán dejados en el mercado y no pensaré en mi profesión cuando esté en mi casa, puesto que esto apagará mi amor.

No hay lugar en el mercado para mi familia, ni hay lugar tampoco en mi casa para el mercado. Divorciaré al uno del otro y de esta manera permaneceré unido a ambos. Deben permanecer separados o morirá mi carrera. Esta es la paradoja de los siglos.

Soy el milagro más grande de la naturaleza.

Se me ha dado ojos para que vea y una mente para que piense y ahora sé un gran secreto de la vida porque percibo por fin que todos mis problemas, mis desánimos y sufrimientos son en realidad grandes oportunidades veladas. Nunca me engañaré por el disfraz que lleven, porque mis ojos están abiertos. Miraré más allá del disfraz y no seré engañado.

Soy el milagro más grande de la naturaleza.

Ni las bestias, ni las plantas, ni el viento, ni la lluvia, ni las rocas, ni los lagos tuvieron el mismo comienzo que yo, porque fui concebido con amor y traído a este mundo con un propósito. En el pasado no consideré esta verdad, pero desde ahora en adelante le dará forma a mi vida y la guiará.

Soy el milagro más grande de la naturaleza.

Y la naturaleza no conoce derrota. Con el tiempo, emerge victoriosa, y así lo haré yo, y con cada victoria la próxima lucha no será tan difícil.

Venceré, y me convertiré en un gran vendedor, puesto que soy único, singular.

Soy el milagro más grande de la naturaleza.


"PERGAMINO NÚMERO CINCO"

Viviré este día como si fuera el último de mi existencia.

¿Y qué haré con este último día de valor incalculable que me queda? Primero sellaré el contenido de la vida de manera que ni una gota se derrame sobre la arena. No perderé ni un momento siquiera en lamentarme por las desgracias del ayer, las derrotas del ayer, los sufrimientos del ayer, pues ¿por qué debo desperdiciar en lo malo lo que es bueno?


¿Puede la arena deslizarse hacia arriba en el reloj? ¿Saldrá el sol donde se pone y se pondrá donde sale? ¿Puedo vivir de nuevo los errores de ayer y corregirlos? ¿Puedo hacer que retornen las heridas del ayer y sanarlas? ¿Puedo volverme más joven que ayer? ¿Puedo desdecirme del mal que he hablado, anular los golpes que he asestado, el dolor que he provocado? No, el ayer ha quedado sepultado para siempre y no pensaré más en él.


Viviré este día como si fuera el último día de mi existencia.


¿Y qué haré entonces? Olvidándome del ayer, no pensaré tampoco en el mañana. ¿Por qué arrojaré el ahora detrás del quizá? ¿Puede la arena del mañana correr por el reloj antes que la de hoy? ¿Nacerá el sol dos veces esta mañana? ¿Puedo realizar las tareas del mañana mientras me hallo en la senda del hoy? ¿Puedo poner el oro del mañana en la bolsa del hoy?
¿Puede el niño del mañana nacer hoy? ¿Puede la muerte que se producirá mañana proyectar hacia atrás su sombra y oscurecer el gozo de hoy? ¿Debo preocuparme de acontecimientos que quizá nunca contemple? ¿Debo atormentarme con problemas que tal vez nunca ocurran?
!No¡ El mañana yace sepultado con el ayer, y no pensaré más en él.


Viviré este día como si fuera el último de mi existencia.


Este día es todo lo que tengo, y estos momentos son ahora mi eternidad. Saludo este amanecer con exclamaciones de gozo, como a un preso al que se le conmuta la sentencia de muerte. Elevo mis brazos con agradecimiento por este don inapreciable de un nuevo día.

Así también me golpearé el pecho con gratitud al considerar a todos los que saludaron la salida del sol del ayer y que hoy no figuran entre los vivos. Soy en realidad un hombre afortunado, y las horas de hoy constituyen algo extra, inmerecido. ¿Porqué se me ha permitido vivir este día extra, cuando otros, mucho mejores que yo, han muerto? ¿Será acaso que han cumplido su propósito mientras que el mío está inconcluso? ¿Es esta otra oportunidad de convertirme
en el hombre que yo sé que puedo ser? ¿Existe un propósito de la naturaleza? ¿Es este mi día para distinguirme?


Viviré este día como si fuera el último de mi existencia.
Tengo tan solo una vida, y la vida nada es sino una medida de tiempo. Cuando mal gasto una destruyo al otro.

Si malgasto el hoy destruyo la última página de mi vida. Por lo tanto,
trataré con ternura y afecto cada hora, porque no retornarán jamás. No puede conservarse hoy para ser usado mañana, ¿quién puede atrapar el viento? Asiré con ambas manos cada minuto de este día y lo acariciaré con afecto puesto que su valor es incalculable. ¿Qué hombre moribundo puede comprar el hálito de otro aunque esté dispuesto a dar por él todo su oro? ¿Qué valor asignaré a las horas que me quedan? Las consideraré inapreciables.


Viviré este día como si fuera el último de mi existencia.


Eludiré con ahínco a todo aquello que mata el tiempo.

A la indecisión destruiré con la acción; sepultaré las dudas bajo la fe; el temor destruiré con laconfianza. No escucharé los labios ociosos; no me quedaré donde hay manos ociosas; a personas ociosas no visitaré. De aquí en adelante sabré que el cortejar la ociosidad equivale a robar alimentos, ropas y calor de aquellos a quienes amamos. No soy ladrón. Soy un hombre que siente cariño en su corazón y hoyes la última oportunidad de demostrar mi cariño y mi grandeza.


Viviré este día como si fuera el último de mi existencia.


Los deberes de hoy cumpliré hoy. Hoy acariciaré a mis hijos mientras son niños aún; mañana se habrán ido, y yo también. Hoy abrazaré a mi mujer y la besaré dulcemente; mañana ya no estará ni yo tampoco; hoy le prestaré ayuda al amigo necesitado; mañana ya no clamará pidiendo ayuda, ni tampoco yo podré oír su clamor.

Hoy me sacrificaré y me consagraré al trabajo; mañana no tendré nada que dar, y no habrá nada que recibir.


Viviré este día como si fuera el último de mi existencia.


Y si es mi último día, será mi monumento más grande. Este día haré el mejor de mi vida.
Este día aprovecharé los minutos hasta su máximo. Lo saborearé y daré gracias.


Aprovecharé todas las horas y canjearé los minutos solamente por algo de valor.

Trabajaré con más ahínco que nunca y exigiré a mis músculos hasta que pidan el alivio, y aún así continuaré. Haré más visitas que nunca. Venderé más mercancías que nunca.

Ganaré más oro que nunca. Cada minuto de hoy será más fructífero y fecundo que las horas de ayer. Mi último día deberá ser mi mejor día.


Viviré este día como si fuera el último de mi existencia.


Y si no lo es, caeré de rodillas y daré gracias.



"PERGAMINO NÚMERO SEIS"

Hoy seré dueño de mis emociones.
La marea sube; la marea baja. Pasa el invierno y llega el verano. Declina el verano y aumenta el frío. El sol sale; el sol se pone.

La luna está llena; la luna es negra. Llegan los pájaros, y luego parten. Florecen las flores; las flores se marchitan.

Se siembra la semilla; se recoge la cosecha. La naturaleza toda es un ciclo de estados de ánimos y yo soy parte de la naturaleza; y así como la marea, subirán mis estados de ánimo; mis estados de ánimo bajarán.


Hoy seré dueño de mis emociones.


Es una de las estratagemas de la naturaleza, escasamente, comprendida, que cada día amanezco con estados de ánimo que han cambiado desde ayer. El gozo de ayer se convertirá en la tristeza de hoy; sin embargo la tristeza de hoy pasará a ser el gozo del mañana. Dentro de mí hay una rueda que cambia constantemente de la tristeza al gozo, de los transportes de alegría a la depresión, de la felicidad a la melancolía. A igual que las flores, los capullos de gozo de hoy se marchitarán y abatirán, y sin embargo recordaré que las flores secas de hoy llevan la semilla del pimpollo del mañana; así también la tristeza de hoy contiene la simiente del gozo del mañana.


Hoy seré dueño de mis emociones.


¿Y cómo dominaré estas emociones a fin de que cada día sea productivo? Porque a menos que mi estado de ánimo sea el correcto, mi vida será un fracaso. Los árboles y las plantas dependen del tiempo para florecer, pero yo elaboro mi propio tiempo, que digo, lo llevo conmigo.

Pero si yo les ofrezco a mis clientes lluvia y lobreguez y tinieblas y pesimismo, reaccionarán con tristeza, tinieblas y pesimismo y no me comprarán nada.

Si les ofrezco gozo y entusiasmo y claridad y alegría a mis clientes, reaccionarán con gozo y entusiasmo, claridad y alegría, y mi tiempo producirá una cosecha de ventas y un granero de oro.


Hoy seré dueño de mis emociones.


¿Y cómo dominaré mis emociones a fin de que todos los días sean días felices y productivos? Aprenderé este secreto de los siglos: Débil es aquel que permite que sus pensamientos controlen sus acciones; fuerte es aquel que obliga a sus acciones a que controlen sus pensamientos.

Todos los días cuando despierte, seguiré este plan de batalla antes de ser capturado por las fuerzas de la tristeza, de la autocompasión y del fracaso.Si me siento deprimido, cantaré.



Si me siento triste, reiré.

Si me siento enfermo, redoblaré mi trabajo.


Si siento miedo, me lanzaré adelante.


Si me siento inferior, vestiré ropas nuevas.


Si me siento inseguro, levantaré la voz.


Si siento pobreza, pensaré en la riqueza futura.


Si me siento incompetente, recordaré éxitos pasados.


Si me siento insignificante, recordaré mis metas.


Hoy seré dueño de mis emociones.


De aquí en adelante, sabré que solo aquellos con habilidad inferior podrán estar siempre a su nivel más alto, y yo no soy inferior. Habrá días cuando tenga que luchar constantemente contra fuerzas que me desgarrarían.

Aunque el desánimo y la tristeza son fáciles de reconocer, hay otros que se nos aproximan con una sonrisa y con un amistoso apretón de manos pero también pueden destruirnos. Contra ellos, también debo estar siempre en estado de alerta.



Si se apodera de mi la confianza excesiva, recordaré mis fracasos.

Si me siento inclinado a entregarme con exceso a la buena vida, recordaré hambres pasadas.


Si siento complacencia, recordaré a mis competidores.


Si disfruto de momentos de grandeza recordaré momentos de vergüenza.


Si me siento todopoderoso, procuraré detener el viento.


Si alcanzo grandes riquezas, recordaré una boca hambrienta.


Si me siento orgulloso en exceso recordaré un momento de debilidad.


Si pienso que mi habilidad no tiene igual, contemplaré las estrellas.


Hoy seré dueño de mis emociones.


Y con este nuevo conocimiento comprenderé también y reconoceré los estados de ánimo de aquél a quien visite. Toleraré su enojo y su irritación de hoy porque no sabe el secreto de dominar su mente. Puedo resistir su saetas e insultos porque ahora sé que mañana cambiará y será un gozo visitarlo.


No juzgaré más a un hombre por una sola visita; no dejaré jamás de visitar de nuevo mañana a aquel que hoy me demuestra odio. Hoy no comprará carrozas de oro por un centavo, y sin embargo mañana canjeará su casa por un árbol. El conocimiento que tengo de este secreto será la llave que me abra las puertas de la riqueza.



Hoy seré dueño de mis emociones.

De aquí en adelante reconoceré e identificaré el misterio de los estados de ánimo de toda la humanidad, y en mí. Desde este momento estoy preparado para dominar cualquier tipo de personalidad que se despierta en mi todos los días. Dominaré mis estados de ánimo mediante una acción positiva y cuando haya dominado mis estados de ánimo, controlaré mi destino.

Hoy controlo mi destino, y mi destino es el de convertirme en el vendedor más grande del mundo.
Seré dueño de mi mismo.
Seré grande.



"PERGAMINO NÚMERO SIETE"

Me reiré del mundo.

Ningún ser viviente puede reírse, con la excepción del hombre. Los árboles tal vez se sangren cuando son heridos, y las bestias del campo se quejarán de dolor y de hambre, y sin embargo solo yo tengo el don de la risa y es un don que puedo usar cuando quiero. De aquí en adelante cultivaré el hábito de la risa.


Sonreiré y mi digestión mejorará; me reiré y mis cargas serán aliviadas; me reiré y mi vida será alargada, porque es el secreto de la larga vida y es ahora mío.


Me reiré del mundo.


Y especialmente me reiré de mi mismo porque el hombre es lo más cómico cuando se toma demasiado en serio. Nunca caeré en esta trampa de la mente. Porque aunque sea el milagro más grande de la naturaleza, ¿no soy aún un mero grano de arena sacudido por los vientos del tiempo? ¿Sé en realidad de dónde vine y a dónde voy? ¿Mi preocupación por este día no parecerá necia dentro de diez años? ¿Por qué permitiré que los acontecimientos insignificantes del hoy me perturben? ¿Qué puede acontecer antes de que se ponga este sol que no parecerá insignificante en el río de los siglos?


¿Y cómo me reiré cuando me enfrente a un hombre o acciones que me hieran y me provoquen lágrimas y maldiciones? Tres palabras aprenderé a repetir hasta que se conviertan en un hábito tan fuerte que inmediatamente aparecerán en mi mente siempre que el buen humor amenace apartarse de mi. Estas palabras, trasmitidas por los antiguos, me harán triunfar en la adversidad y mantendrán mi vida en equilibrio. Estas tres palabras son: Esto pasará también.


Me reiré del mundo.


Porque todas las cosas mundanas cesarán. Cuando me sienta profundamente acongojado me consolaré pensando que esto pasará también; cuando me sienta orgulloso del éxito me advertiré que esto pasará también. Cuando me sienta oprimido por la pobreza me diré que esto pasará también; cuando esté agobiado de riquezas recordaré que esto pasará también.

Ciertamente, ¿dónde está aquel que edificó la pirámide? ¿No está sepultado dentro de sus piedras? ¿Y la pirámide algún día no quedará sepultada bajo la arena? ¿Si todas estas cosas pasarán, por qué debo preocuparme del hoy?


Me reiré del mundo.


Pintaré este día con risas; pondré marco a esta noche con una canción. Nunca trabajaré para ser feliz; más bien trabajaré con ahínco para no estar triste. Disfrutaré hoy de la felicidad de hoy. No es un grano para ser almacenado en una caja. No es un vino para guardarse en una vasija. No puede conservarse para mañana. Debe sembrarse y cosecharse el mismo día y esto haré de hoy en adelante.


Me reiré del mundo.


Y con mi risa todas las cosas quedarán reducidas a su justa medida. Me reiré de mis fracasos y se desvanecerán en nubes de nuevos sueños; me reiré de mis éxitos y quedarán reducidos a su verdadero valor. Me reiré de la bondad, y esta prosperará y abundará. El día será triunfante solo cuando mis sonrisas provoquen sonrisas en otros, y esto lo hago por interés,
porque aquellos a quienes les hago mal gesto no comprarán mis mercancías.


Me reiré del mundo.


De aquí en adelante solo derramaré lágrimas de sudor, porque las lágrimas que nacen de la tristeza, del remordimiento, de la frustración, no tienen valor en el mercado, mientras que cada sonrisa puede ser canjeada por oro y cada palabra bondadosa, hablada desde el corazón, puede edificar un castillo.
Nunca permitiré que me vuelva tan importante, tan sabio, tan grave y reservado, tan poderoso, que me olvide de reírme de mí mismo y de mi mundo. En este asunto seguiré siempre siendo un niño, porque solamente como un niño se me ha otorgado la habilidad de admirar a los demás; y mientras admire a otro nunca me formaré una opinión excesiva de mí mismo.


Me reiré del mundo.


Y mientras pueda reírme no seré jamás pobre. Este es entonces uno de los mayores dones de la naturaleza, y no lo malgastaré más. Solamente con la risa y la felicidad puedo convertirme en un verdadero éxito. Solo con la risa y la felicidad puedo disfrutar de los frutos de mi trabajo. Si no fuera así, sería mejor que fracasara, porque la felicidad es el vino que afina el gusto de la comida. Para disfrutar del éxito debo tener felicidad, y la risa será la doncella que
me sirve.


Seré feliz.


Tendré éxito.


Seré el más grande vendedor que el mundo ha conocido.



"PERGAMINO NÚMERO OCHO"

Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.


Una hoja de morera tocada por el genio del hombre se convierte en seda.

Un campo de arcilla tocado por el genio del hombre se convierte en un castillo.


Un ciprés tocado por el genio del hombre se convierte en un santuario.


Un vellón de lana tocado por el genio del hombre se convierte en un manto para un rey.



Y si es posible que las hojas y la arcilla y la madera y la lana multipliquen su valor por un ciento por ciento, que digo, en un mil por el hombre, ¿no puedo hacer lo mismo con la arcilla que lleva mi nombre?

Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.


Soy como el grano de trigo a quien le confrontan tres futuros. El trigo puede ser puesto en una bolsa y arrojado en un chiquero para alimentar a los puercos. O puede molerse y convertirse en harina y luego en pan. O puede sembrarse en la tierra a fin de que crezca hasta que sus espigas de oro produzcan mil granos de uno.
Soy como un grano de trigo con una diferencia. El trigo no puede escoger ser de alimento para los puercos, molido para el pan, o plantado para que se multiplique. Yo tengo la facultad de elección y no permitiré que mi vida sea alimento de los puercos ni dejaré que sea molida bajo las piedras del fracaso y la desesperación, y así quebrantado, ser devorado por la voluntad de otros.
Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.


Para que crezca y se multiplique es necesario plantar el grano de trigo en la oscuridad de la tierra, y mi fracaso, mi desesperación, mi ignorancia y mis inhabilidades son la oscuridad en la cual he sido plantado a fin de madurar. Ahora, como el grano de trigo que brotará y fructificará solamente si es nutrido por la lluvia y el sol y los vientos tibios, yo también debo nutrir mi cuerpo y mi mente para cumplir mis sueños. Pero para crecer hasta llegar a su plenitud el trigo debe esperar los caprichos de la naturaleza. Pero yo no necesito esperar nada porque tengo el poder para escoger mi propio destino.


Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.


¿Y como lograré esto? Primeramente fijaré metas para el día, la semana, el mes, el año y mi vida. Así como la lluvia debe caer antes de que el grano de trigo rompa su cáscara y germine, así yo también debo tener metas y objetivos para que mi vida cristalice. Al fijarme metas recordaré mis mejores trabajos del pasado y los multiplicaré en un ciento por ciento.


Este será el nivel según el cual viviré en el futuro. Nunca me preocuparé de que mis metas sean demasiado elevadas, puesto que ¿no es mejor acaso apuntar mi lanza a la luna y herir solamente a un águila que apuntar mi lanza a un águila y pegarle solamente a una roca?


Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.


La magnitud de mis metas no me asombrará aunque quizá tropiece antes de alcanzarlas. Si tropiezo me levantaré de nuevo y mis caídas no me preocuparán porque todos los hombres deben de tropezar con frecuencia antes de llegar a su hogar. Solo el gusano está libre de la preocupación de tropezar. Y yo no soy un gusano. No soy una cebolla tampoco. No soy una oveja. Soy un hombre. Que otros construyan una cueva con su arcilla. Por mi parte construiré un castillo con la mía.


Hoy multiplicare mi valor en un ciento por ciento.


Y así como el sol debe calentar la tierra a fin de producir la planta de trigo, así también las palabras de estos pergaminos calentarán mi vida y convertirán mis sueños en realidad. Hoy sobrepasaré toda acción que realicé ayer. Subiré a la montaña de hoy con toda la habilidad que tengo, y sin embargo mañana subiré más alto que hoy, el día siguiente más alto que ayer.


El sobrepasar los hechos de los otros carece de importancia; el sobrepasar mis propios hechos es lo que significa todo.


Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.


Y así como el viento caliente hace madurar el trigo, los mismos vientos llevarán mi voz a aquellos que me escucharán y mis palabras les anunciarán mis metas. Una vez pronunciado, no me atrevo a revocar lo que he dicho por temor a la humillación. Seré como mi propio profeta, y aunque todos se rían de mis declaraciones, oirán mis planes, conocerán mis sueños.

Y de esta manera no habrá escape para mí hasta que mis palabras se conviertan en hechos realizados.



Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.

No cometeré el terrible crimen de apuntar demasiado bajo.


Realizaré la labor que un fracasado no realizará.


Siempre extenderé mi brazo más allá de lo que está a mi alcance.


No quedaré nunca contento con mi actuación en el mercado.


Siempre ampliaré mis metas tan pronto como las haya alcanzado.

Procuraré siempre que la próxima hora sea mejor que esta.

Proclamaré siempre mis metas al mundo.

Y sin embargo, nunca proclamaré mis éxitos. Que el mundo en cambio se me acerque con alabanza y que tenga yo la sabiduría de recibirlo con humildad.

Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.

Un grano de trigo cuando se multiplica en un ciento por ciento producirá cien tallos.

Multiplique estos en un ciento por ciento, diez veces y alimentarán a todas las ciudades del mundo. ¿No soy yo más que un grano de trigo?

Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.

Y cuando haya realizado esto lo repetiré de nuevo, y de nuevo, y se producirá el asombro y la maravilla ante mi grandeza, en circunstancias que las palabras de estos pergaminos se cumplen en mi.



"PERGAMINO NÚMERO NUEVE"

Mis sueños carecen de valor alguno, mis planes son como el polvo, mis metas imposibles.


Todo eso carece de valor a menos que sea seguido por la acción.

Procederé ahora mismo.


Jamás ha existido un mapa, por muy exactos que hayan sido los detalles y la escala, que transportara a su dueño un centímetro de distancia. Jamás ha existido un documento jurídico, por justo que fuese, que haya impedido un crimen. Jamás ha existido un pergamino, aun como el que yo sostengo ahora, que se haya ganado un centavo o producido una sola palabra de aclamación. Solamente la acción es la chispa que enciende el mapa, el documento, el pergamino, mis sueños, mis planes, mis metas, hasta convertirlos en una
fuerza viviente. La acción es mi alimento y bebida que nutrirán mi éxito.


Procederé ahora mismo.


La demora que me ha sujetado fue hija del temor y ahora reconozco este secreto, extraído de las profundidades de corazones valientes. Ahora se que para conquistar el temor debo siempre proceder sin vacilación y los estremecimientos de mi corazón desaparecerán. Y ahora sé que la acción reduce al león del terror a una hormiga de ecuanimidad.


Procederé ahora mismo.


De aquí en adelante, recordaré la lección de la luciérnaga que proyecta su luz solamente
cuando vuela, solamente cuando está en acción. Me convertiré en luciérnaga y aun durante
el día se verá mi resplandor a pesar del sol. Que otros sean como las mariposas que se
acicalan las alas, y que sin embargo dependen de la caridad de una flor para vivir. Seré como
una luciérnaga y mi luz iluminará el mundo.


Procederé ahora mismo.


No eludiré las tareas de hoy ni las postergaré para mañana, porque sé que el mañana nunca llega. Déjenme proceder ahora aunque mis acciones no traigan la felicidad o el éxito, porque es mejor proceder y fracasar que quedarse inactivo y salir del paso a duras penas. La felicidad, en realidad, quizá no sea el fruto arrancado mediante mi acción, y sin embargo sin la acción todo fruto morirá en su tallo.
Procederé ahora mismo.


Procederé ahora mismo. Procederé ahora mismo. Procederé ahora mismo. De aquí en adelante, repetiré estas palabras constantemente, cada hora, cada día, todos los días, hasta que se conviertan en hábito como el respirar y las acciones que sigan sean algo tan instintivo como el pestañear. Con estas palabras puedo preparar la mente para realizar todo acto necesario para mi éxito; con ellas puedo preparar la mente para hacer frente a todo desafío que e1 fracasado elude.


Procederé ahora mismo.


Repetiré estas palabras una vez tras otra. Las pronunciaré cuando despierte al saltar de mi cama, mientras el fracasado duerme una hora más.


Procederé ahora mismo.


Cuando entre al mercado las pronunciaré e inmediatamente confrontaré a mi primer cliente, mientras el fracasado medita con detenimiento sobre la posibilidad de que se lo desaire.


Procederé ahora mismo.


Cuando me encuentre frente a una puerta cerrada, las pronunciaré, y luego llamaré mientras que el fracasado espera afuera con temor y temblor.


Procederé ahora mismo.


Las pronunciaré cuando me confronte la tentación, y procederé de inmediato para sacarme a mí mismo del mal.


Procederé ahora mismo.


Cuando esté tentado a abandonar la lucha para comenzar mañana, pronunciaré estas palabras y procederé de inmediato a consumar otra venta.


Procederé ahora mismo.


Solamente la acción determina mi valor en el mercado, y para multiplicar mi valor multiplicaré mi acción. Transitaré allí donde el fracasado teme andar.

Trabajaré cuando el fracasado busque descanso. Hablaré cuando el fracasado permanece en silencio. Visitaré a diez personas que pueden comprar mis mercancías, mientras que el fracasado se formula planes grandiosos para visitar a uno solo. Afirmaré que la labor está cumplida antes que el fracasado diga que es demasiado tarde.


Procederé ahora mismo.


Porque el ahora es todo lo que tengo. Mañana es el día reservado par el trabajo de los haraganes. Yo no soy haragán. Mañana es el día cuando lo malo se vuelve bueno. Yo no soy malo. Mañana es el día cuando el débil se vuelve fuerte. Yo no soy débil. Mañana es el día cuando el fracasado tendrá éxito. Yo no soy un fracasado.


Procederé ahora mismo.


Cuando el león siente hambre, come. Cuando el águila siente sed, bebe. Si no procedieran, si no actuaran, morirían.


Tengo hambre de éxito. Tengo sed de felicidad y de paz mental. Si no procedo, si no actúo, pereceré en una vida de fracaso, de miseria, de noches de insomnio.


Impartiré órdenes y obedeceré mis propias órdenes.


Procederé ahora mismo.


El éxito no esperará. Si demoro será como una novia que se casará con otro y la perderé
para siempre.


Ahora es el momento oportuno, Este es el lugar. Yo soy el hombre.


Procederé ahora mismo.



"PERGAMINO NÚMERO DIEZ"

¿Que hombre tiene tan poca fe que en un momento de gran desastre y de angustia no haya invocado a su Dios? ¿quién no ha clamado cuando se ha visto confrontado con el peligro, la muerte o un misterio superior a su comprensión o experiencia normal? ¿de dónde procede este profundo instinto, que se expresa por la boca de todos los seres vivientes en momentos de peligro?


Agite la mano con rapidez ante los ojos de alguno, y sus párpados pestañearán. Dele a otro un golpecito en la rodilla y la pierna le dará un salto. Confronte a otro con una historia de horror y sus labios dirán: "Dios mío", en virtud del mismo impulso.


Mi vida no tiene que estar saturada de religión para reconocer este gran misterio de la naturaleza. Todos los seres que andan por la tierra, incluso el hombre, poseen el instinto de clamar pidiendo ayuda. ¿Por qué es que poseemos este instinto, este don?


¿No son nuestros clamores una forma de oración? ¿No sería incomprensible, en un mundo gobernado por las leyes de la naturaleza, otorgar a un cordero o a una mula, o a un pajarillo o al hombre el instinto de clamar pidiendo ayuda, si alguna mente superior no hubiese también determinado que el clamor fuese escuchado por un poder superior con la habilidad de escuchar y de responder a nuestro clamor? De aquí en adelante oraré, pero mis clamores que pidan ayuda serán solamente clamores en demanda de dirección.
Nunca oraré pidiendo las cosas materiales de este mundo. No estoy llamando a un sirviente
para que me traiga alimentos.

No le estoy ordenando a un fondista o mesonero para que me proporcione habitación. No pediré jamás que se me otorgue oro o amor o buena salud o victorias mezquinas o la fama o el éxito o la felicidad. Solo oraré por directivas y orientaciones a fin de que se me señale el camino para alcanzar estas cosas y mi oración será contestada siempre.


Quizá recibiré la dirección y orientación que busco, o tal vez no, pero ¿no son estas dos cosas una respuesta? Si el niño le pide pan a su padre, y el padre no se lo da, ¿no le ha respondido el padre?
Oraré pidiendo directivas y orientación, y oraré como un vendedor, de esta manera:


Oh creador de todas las cosas, ayúdame. Porque hoy me interno desnudo y solo en el mundo, y sin tu mano que me guíe me extraviaré del camino que conduce al éxito y a la felicidad.


No pido oro ni ropas ni aun las oportunidades en consonancia con mi habilidad; en cambio guíame a fin de que adquiera habilidad para aprovechar mis oportunidades.


Tú le has enseñado al león y al águila cómo cazar y prosperar con sus colmillos y garras.
Enséñame a cazar con palabras y a prosperar con amor para que sea león entre los hombres y águila en el mercado.


Ayúdame a permanecer humilde en los obstáculos y fracasos; pero no ocultes de mi vista el premio que acompañará a la victoria.


Asígname tareas en cuyo desempeño otros hayan fracasado; pero guíame a fin de que pueda arrancar de entre sus fracasos las semillas del éxito. Confróntame con temores que templen mi espíritu; pero concédeme el valor de reírme de mis dudas.


Dame los días suficientes para alcanzar mis metas; pero ayúdame a vivir hoy como si
fuera mi último día.


Guíame en mis palabras a fin de que produzcan frutos; pero sella mis labios a la murmuración y que nadie sea calumniado.


Disciplíname a fin de que adquiera el hábito de no cejar nunca; pero muéstrame cómo usar la ley de los promedios. Ponme alerta a fin de reconocer la oportunidad; pero otórgame la paciencia que concentrará mis fuerzas.


Báñame en buenos hábitos para que los malos se ahoguen; pero dame compasión para las debilidades de los hombres. Déjame saber que todo pasará; pero ayúdame a contar mis bendiciones de hoy.


Expónme ante el odio para que no me sea extraño; pero llena de amor mi copa a fin de que pueda convertir a los extraños en amigos.


Pero que todas estas cosas sean así si es tu voluntad. Soy tan solo un pequeño y solitario grano de uva que se aferra a la vid, y sin embargo me has hecho distinto de todos los demás. En realidad debe existir un lugar especial para mí. Guíame. Ayúdame. Señálame el camino.


Déjame llegar a ser todo lo que tienes planeado para mí desde que seleccionaste y planeaste mi semilla para que germinara en la viña del mundo.



Ayuda a este humilde vendedor.


Guíame, Dios.
Fuente: El Vendedor Más Grande del Mundo - Og Mandino.

diciembre 06, 2010

Todos Somos Espejo

Autor: Deepak Chopra

Todos somos extensiones del campo universal de energía, distintos puntos de vista de una única entidad. Esto implica ver todas las cosas del mundo, a todas las personas del mundo, y darnos cuenta de que estamos mirando otra versión de nosotros mismos. Tú y yo somos lo mismo. Todo es lo mismo. Todos somos espejos de los demás y debemos aprender a vernos en el reflejo de las demás personas. A esto se llama espejo de las relaciones. A través del espejo de una relación, descubro mi yo no circunscrito. Por esta razón, el desarrollo de las relaciones es la actividad más importante de mi vida. Todo lo que veo a mi alrededor es una expresión de mí mismo.

Las relaciones son una herramienta para la evolución espiritual cuya meta última es la unidad en la conciencia. Todos somos inevitablemente parte de la misma conciencia universal, pero los verdaderos avances tienen lugar cuando empezamos a reconocer esa conexión en nuestra vida cotidiana.

Las relaciones son una de las maneras más efectivas para alcanzar la unidad en la conciencia, porque siempre estamos envueltos en relaciones. Piensa en la red de relaciones que mantienes: padres, hijos, amigos, compañeros de trabajo, relaciones amorosas. Todas son, en esencia, experiencias espirituales. Cuando estás enamorado, romántica y profundamente enamorado, tienes una sensación de intemporalidad. En ese momento, estás en paz con la incertidumbre. Te sientes de maravilla, pero vulnerable; sientes cercanía pero también desprotección. Estás transformándote, cambiando, pero sin miedo. Te sientes maravillado. Ésa es una experiencia espiritual.

A través del espejo de las relaciones, de cada una de ellas, descubrimos estados prolongados de conciencia. Tanto aquellos a quienes amamos como aquellos por quienes sentimos rechazo, son espejos de nosotros. ¿Hacia quiénes nos sentimos atraídos? Hacia las personas que tienen características similares a las nuestras, pero eso no es todo. Queremos estar en su compañía porque subconscientemente sentimos que al hacerlo, nosotros podemos manifestar más de esas características. Del mismo modo, sentimos rechazo hacia las personas que nos reflejan las características que negamos en nosotros. Si sientes una fuerte reacción negativa hacia alguien, puedes estar seguro de que tú y esa persona tienen características en común, características que no estás dispuesto a aceptar. Si las aceptaras, no te molestarían.

Cuando reconocemos que podemos vernos en los demás, cada relación se convierte en una herramienta para evolución de nuestra conciencia. Gracias a esta evolución experimentamos estados extendidos de conciencia.

La próxima vez que te sientas atraído por alguien, pregúntate qué te atrajo. ¿Su belleza, gracia, elegancia, autoridad, poder o inteligencia? Cualquier cosa que haya sido, sé consciente de que esa característica también florece en ti. Si prestas atención a esos sentimientos podrás iniciar el proceso de convertirte en ti más plenamente.

Lo mismo se aplica a las personas hacia las que sientes rechazo. Al adoptar más plenamente tu verdadero yo, debes comprender y aceptar tus características menos atractivas. La naturaleza esencial del Universo es la coexistencia de valores opuestos. No puedes ser valeroso si no tienes a un cobarde en tu interior; no puedes ser generoso si no tienes a un tacaño; no puedes ser virtuoso si no tienes la capacidad para actuar con maldad.

Gastamos gran parte de nuestras vidas negando este lado oscuro y terminamos proyectando esas características oscuras en quienes nos rodean. ¿Has conocido personas que atraigan sistemáticamente a su vida a los sujetos equivocados? Normalmente, aquéllas no comprenden por qué les sucede esto una y otra vez, año tras año. No es que atraigan esa oscuridad; es que no están dispuestas a aprobarlas en sus propias vidas. Un encuentro con una persona que no te agrada es una oportunidad para aceptar la paradoja de la coexistencia de los opuestos; de descubrir una nueva faceta de ti. Es otro paso a favor del desarrollo de tu ser espiritual. Las personas más esclarecidas del mundo aceptan todo su potencial de luz y oscuridad. Cuando estás con alguien que reconoce y aprueba sus rasgos negativos, nunca te sientes juzgado. Esto sólo ocurre cuando las personas ven el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, como características externas.

Cuando estamos dispuestos a aceptar los lados luminoso y oscuro de nuestro ser, podemos empezar a curarnos y a curar nuestras relaciones. Todos somos multidimensionales, omnidimensionales. Todo lo que existe en algún lugar del mundo también existe en nosotros. Cuando aceptamos esos distintos aspectos de nuestro ser, reconocemos nuestra conexión con la conciencia universal y expandimos nuestra conciencia personal.

Las características que distinguimos más claramente en los demás están presentes en nosotros. Cuando seamos capaces de ver en el espejo de las relaciones, podremos empezar a ver nuestro ser completo. Para esto es necesario estar en paz con nuestra ambigüedad, aceptar todos los aspectos de nosotros. Necesitamos reconocer, en un nivel profundo, que tener características negativas no significa que seamos imperfectos. Nadie tiene exclusivamente características positivas. La presencia de características negativas sólo significa que estamos completos; gracias a esa totalidad, podemos acceder más fácilmente a nuestro ser universal, no circunscrito.

Una vez que puedas verte en los demás, será mucho más fácil establecer contacto con ellos y, a través de esa conexión, descubrir la conciencia de la unidad. Éste es el poder del espejo de las relaciones.

diciembre 02, 2010

HISTORIA DE NAVIDAD

Autor: Camilo Cruz

Es difícil precisar cuando comenzó a celebrarse la Navidad tal como la conocemos hoy. Lo cierto es que las costumbres, mitos y leyendas que se le fueron sumando a lo largo de los siglos provienen de muchos países diferentes.

Tampoco se conoce el día exacto del nacimiento de Jesús, aunque se sabe que fue durante el reinado de Herodes. A mediados del siglo IV, el Papa Julio I estableció la fecha del 25 de diciembre, día próximo a muchas fiestas del solsticio de invierno que se celebran en la antigüedad.

La aparición de Papá Noel también llamado Santa Claus, Sinterklaas o Pere Noel, según el país, así como la tradición del árbol navideño o la representación del pesebre, son costumbres que provienen tanto de la leyenda como de la realidad.

La figura de Papá Noel por ejemplo, está inspirada en la vida del obispo de Mira - en la actual Turquía - conocido hoy como San Nicolás, que fue muy popular por su bondad y generosidad con los pobres. Buena parte de la tradición del árbol de navidad, en cambio, tuvo su origen en una leyenda europea: se dice que durante una fría noche de invierno, un niño buscó refugio en la casa de un leñador y su esposa, que lo recibieron y le dieron de comer. Durante la noche el niño se convirtió en un ángel vestido de oro: era el niño Dios. Para recompensar la bondad de los ancianos, tomó una rama de un pino y les dijo que la sembraran, prometiéndoles que cada año daría frutos. Y así fue: aquel árbol dio manzanas de oro y nueces de plata.

Fue San Francisco de Asis quien popularizó la costumbre de armar un pesebre. En su viaje a Belén, en el año 1220, quedó asombrado por la manera como se celebraba allí la Navidad. Entonces, cuando regresó a Italia le pidió autorización al Papa Honorio III para representar el nacimiento de Jesús con un pesebre viviente. A partir de ese momento, la tradición se extendió por Europa y luego por el resto del mundo.

Hoy Papá Noel, el arbolito y el pesebre son los símbolos universales de la Navidad. Tan universales como la costumbre de desearles a todos y en todas partes, felices fiestas.

En el siglo XII la tradición católica de San Nicolás se expande por Europa, mezclándose con celebraciones similares. En el siglo XVII: Emigrantes holandeses llevan la tradición a Estados Unidos. En España se convierte en los Reyes Magos, desde allí se difunde hacia Latinoamérica.

En 1087, los restos de San Nicolás son llevados a Bari, Italia, donde se construye una iglesia en su nombre. Curiosamente en Italia quien trae los regalos de Navidad no es San Nicolás sino una bruja buena.

El pesebre: La escena que representa el nacimiento de Cristo se fue completando con el paso del tiempo. A principios del siglo IV aparece Cristo en un pesebre y había solamente una vaca y un asno. A fines del siglo IV se agregan una estrella y la Virgen María. Sólo a partir del año 431, con el Concilio de Efeso, aparece en el centro de la imagen. En el siglo V el Papa San León estableció que eran tres los Reyes Magos que fueron a adorar al niño guiados por una estrella: Melchor, Gaspar y Baltasar y llevaron oro, incienso y mirra.

Papá Noel:
El escritor inglés Clement Moore, imaginó a Papá Noel en un trineo tirado por ocho renos, Antes de esto, Papá Noel repartía sus regalos a pie, o montado en un caballo. Su figura no siempre tuvo la imagen universal que hoy conocemos. En 1931 una marca de gaseosas le encargó al diseñador Haddon Sundblom que dibujara a un PAPA NOEL para su campaña navideña. Luego ya nadie lo imagino de otra forma.

¿Por qué adoramos el árbol?
Cuando en invierno los árboles perdían sus hojas, los germanos los vestían para que los espíritus buenos que en ellos habitaban regresaran pronto. Los adornos más comunes eran manzanas o piedras pintadas, eso fue el origen de los adornos. Las bolas de cristal se incorporan alrededor de 1750 en Bohemia.

Todas estas tradiciones han pasado de país en país, con diversas modificaciones y costumbres, según las regiones. Lo importante es que la Navidad congrega a las familias y une los afectos de los seres humanos.