febrero 28, 2011

Si perseveramos, podemos lograrlo.


Una de las características necesarias del carácter para lograr las metas que nos proponemos es tener perseverancia para continuar, pese a los obstáculos que seguramente encontraremos, hasta realizar nuestro objetivo. De ahí que la perseverancia es fundamental para alcanzar el éxito y la felicidad (Exiticidad).

¿Qué es la perseverancia? Es mantenerse constante en la prosecución de lo comenzado; es durar permanentemente o por largo tiempo. Uno de sus sinónimos es la persistencia. Es, en general, un esfuerzo continuo hasta lograr la meta u objetivo propuesto.

Todos tenemos la experiencia de que es relativamente fácil empezar algo, para esto sólo basta tener un poco de entusiasmo. El continuar y persistir una vez que aparezcan las dificultades u obstáculos es cosa diferente; ya que a partir de ese momento se requiere un esfuerzo diferente para continuar hasta lograr el éxito.

Algo similar sucede con las ideas para emprender un proyecto, establecer un negocio o crear alguna innovación – esta es la parte más sencilla y más fácil; llevarlo a la realización, a la práctica, es otra cosa ya que para esto se requiere disciplina, trabajo, paciencia, voluntad inquebrantable y sobre todo perseverancia.

John Quincy Adams, sexto presidente de EE.UU. y considerado uno de los más grandes diplomáticos de la historia estadounidense, expresaba: "la paciencia y la perseverancia tienen un efecto mágico antes las cuales las dificultades desaparecen y los obstáculos se desvanecen".

Thomas Carlyle, historiador y filósofo escocés, expresó: "la permanencia, perseverancia y persistencia a pesar de los obstáculos, el desaliento y las imposibilidades es lo que diferencia un alma fuerte de una débil".

Y Orison Swett Marden fundador de Success Magazine (La revista Éxito), prolífico autor de libros sobre motivación, expresó: "Hay algo de genialidad en la persistencia. Conquista a todos sus opositores. Da confianza. Anihila los obstáculos. Todos creen en una persona con determinación. Las personas saben que cuando él o ella se propone algo lo logra".

Como un ejemplo vívido de los resultados de la perseverancia se puede mencionar el caso del escritor peruano Mario Vargas Llosa que acaba de ser galardonado por la Real Academia Sueca con el Premio Nobel de Literatura del 2010. Mario Vargas Llosa empezó su pasión por la literatura desde muy temprana edad y a los 14 años escribía cartas amorosas para sus amigos y pequeñas novelas románticas picarescas que vendía a algunos de sus compañeros del Colegio Militar Leoncio Prado; es oportuno expresar que inclusive su padre, por propia declaración del escritor, quería que abandonase su inclinación literaria. Pese a influencias contrarias externas, Mario Vargas Llosa persistió en dar rienda suelta a su imaginación escribiendo novelas, ensayos, críticas y obras de teatro durante toda su vida y a los 74 años de edad logra el máximo premio mundial de la literatura. Es un ejemplo de la persistencia en continuar los sueños, convertirlos en realidad y lograr el éxito.

Con perseverancia en la acción, que implica constancia, firmeza y tesón, se puede lograr lo que una persona se propone, cualquiera que sea la magnitud de esa meta; ya que utilizará los medios requeridos, de la mejor manera posible para llegar a ese fin.

El célebre escritor e historiador británico Samuel Johnson expresó: "las grandes obras son realizadas no por la fuerza, sino mediante la perseverancia".

La perseverancia es un valor que se adquiere mediante la práctica, trabajo, conocimiento, paciencia, determinación y sobre todo actitud. Para desarrollar la perseverancia hay que prepararse para aceptar las derrotas o fracasos, aprender de los errores y jamás dejarse dominar por los pensamientos negativos o pesimistas. Hay que seguir tratando y tratando con optimismo y esperanza y no darse por vencido jamás hasta alcanzar las metas fijadas.

Para perseverar hay que pensar constantemente en las metas y tener la confianza en sí mismo para continuar con determinación hasta convertir en realidad lo que se ha propuesto. Con perseverancia se va en camino hacia el éxito.

febrero 21, 2011

Líder, no super héroe


Son muchas las definiciones que se han dado acerca de lo que es el liderazgo, las características de un buen líder y el concepto que nosotros mismos podamos tener sobre el tema.

En muchas ocasiones tendemos a endiosar a personas que por sus cualidades, trabajo y el éxito logrado en el mismo han tenido determinada trascendencia, esto hace que se vean ante nuestros ojos como superiores, inalcanzables y difíciles de imitar.

En realidad esto no es así, si observamos con detenimiento, muchos de los grandes líderes no pertenecen a una determinada clase social, grupo étnico o religioso, simplemente son personas que con mucho esfuerzo han convertido su pequeño sueño en una realidad constante y muy cautivadora para sus seguidores. Son personas que se han hecho a base de trabajo y la experiencia que sólo se consigue a través de los errores cometidos.

Podemos encontrar muy frecuentemente como habilidades principales en ellos:

La capacidad de traducir las miles de ideas que existen en su mente en un objetivo concreto que se podrá ampliar en la medida del tiempo, esto es lo que se conoce como tener visión.
La segunda habilidad es poder transmitir este sueño a un determinado grupo de seguidores de manera tal que ellos se quieran comprometer con dicha causa y lo hagan de manera voluntaria y sin manipulación. Para lograr transmitir un concepto no se necesita ser un gran orador, simplemente se requiere mucho conocimiento sobre el tema y un lenguaje práctico y sencillo lleno de ejemplos y analogías que cualquiera pudiera dilucidar con facilidad.
De la anterior, es decir, de la forma como se transmitan los conceptos depende mucho la tercera habilidad que es la de generar confianza y credibilidad, esto logra un mayor grado de compromiso y se refleja en un mayor esfuerzo que finalmente se traduce en el éxito del trabajo puesto en marcha.

Pero creo que tal vez la habilidad más importante de un líder es sembrar la semilla en sus colaboradores para que cada uno sea un líder individual comprendiendo que por más alto, gordo o flaco, tímido o audaz que pueda ser, siempre podrá explotar y transmitir lo que se ha mencionado anteriormente.

Un líder no nace y tampoco se hace de la noche a la mañana, un líder se forja a través de trabajo, dinamismo, fe en lo que se quiere, optimismo, confianza en el grupo de trabajo y mucha dedicación.

Autora: Marcela Cuesta

febrero 14, 2011

Recomendaciones para mantener una buena relación


Todos las relaciones tienen baches, y éstos pueden surgir en cualquier momento. Lo fundamental es aprender a pasarlos de forma que no se sientan amenazados.

Sin importar cuánto tiempo tenga su relación de pareja (Matrimonio o noviazgo), existen reglas sencillas y básicas para recorrer el camino. Ponerlas en práctica no siempre resulta fácil, pero es vital. Si las sigue, fortalecerá su vínculo... y verá que las cosas buenas —diversión, sexo, confianza, afecto— se darán mejor que nunca.

1: Busque un equilibrio
El aburrimiento, la frustración y las fricciones diarias pueden extinguir la llama del amor. Para alimentarla, céntrese en las cosas buenas. He aquí cómo lograrlo:

Primero, tenga en cuenta que necesita hasta 20 comentarios positivos para contrarrestar el daño hecho por uno negativo (o por una mirada fría o un gesto de impaciencia). Así que use más los primeros y menos los segundos. Halague la camisa nueva de su pareja, los zapatos nuevos de las mujeres. Agradézcale su ayuda. Llámela a la oficina para decirle que piensa en ella, envíe un mensaje de texto con palabras positivas y de amor.

Asegúrese de que estos halagos y agradecimientos sean sinceros y específicos: “Gracias por encargarte de llevar el auto al mecánico” o “Qué lindo mantel. Siempre estás en los detalles”. Haga contacto visual cuando sonría o le diga algo agradable, y trate de acompañarlo con un sonido de alegría (por ejemplo, un suspiro de satisfacción). Una vez que logre este acercamiento se dará cuenta de que, además de conocer las cosas que molestan a su pareja, sabrá lo que lo hace feliz. Después de todo, así fue cómo empezó su relación. Se dará cuenta de que siempre es buen momento para una pequeña muestra de amor. Dele a su pareja un abrazo que diga: “Me alegra verte”, y un beso cuando la vea. Sorpréndala con una taza de café un día frio (y quédese a charlar). Disfrute de sus cualidades positivas y deje los defectos de lado.

Esboce una sonrisa de “Me encanta que estemos juntos” cuando hagan tareas conjuntas. Cada noche, antes de dormir, propóngase darle un largo beso.

2: Mantenga la cercanía
El tacto humano libera endorfinas, que hacen sentir bien a quien da y a quien recibe. Así que tómense de las manos con mayor frecuencia. Acaricie su mejilla. Reviva la forma en que se tocaban al inicio de la relación: dele un beso detrás de la oreja, pásele la mano por el cabello.

Usar más este tipo de contacto le ayudará a fortalecer su relación. Esto es importante, pues una unión sólida puede enfrentar cualquier tormenta (y estar mejor preparada para evitar una infidelidad). ¿Cómo crear este lazo? Primero, apoye a su alma gemela.

Póngase de su lado cada vez que pueda, cuando surjan problemas en el “mundo exterior”.

Guarde sus secretos, aunque en la oficina todos cuenten los de sus parejas. A menos que se trate de una emergencia, no permita que nada interrumpa el tiempo que tienen destinado a ustedes.

Hablando de tiempo para los dos, hagan el compromiso de conversar 30 minutos por día sobre sus planes diarios, metas y sueños. No vale hablar de cosas del trabajo ni de su relación. Se trata de construir una amistad. Los estudios muestran que ser amigos tiene recompensas, pues asegura una unión más cariñosa y sensual. Y no se olvide de encontrar tiempo para la intimidad, aunque tenga que anotarlo en su agenda. ¿Programar el sexo? Si es necesario, sí. Ser espontáneos es fabuloso, pero no siempre es posible.

Otra cosa que no deben esperar son las ocasiones para celebrar el éxito. Incluso las pequeñas victorias merecen reconocimiento. Si su relación anda sobre ruedas, vale la pena celebrarlo. Vayan a cenar a su lugar favorito, o hagan un viaje. Se lo han ganado.

3: Recuerde: nadie es perfecto
Es tentador culpar al ser amado cuando uno se siente enojado, desilusionado, aburrido o presionado, y es fácil creer que su pareja debe transformarse para que mejoren las cosas.

Cuidado: tratar de cambiar al otro lo pondrá a la defensiva y usted se convertirá en el malo de la película. ¿El resultado? Nadie cambiará, nadie asumirá su responsabilidad, todos serán infelices. Y echarle la culpa a su pareja significa ignorar el 90 por ciento bueno que tiene.

Para arreglar las cosas, quien necesita cambiar es usted. Si logra reconocer sus propios defectos y valorar a su alma gemela, sucede algo mágico: aumenta el optimismo. Uno se siente apreciado y ambos se ven motivados a modificar sus actitudes para ser más felices.

Un buen consejo es adoptar la filosofía japonesa que celebra la belleza de la imperfección o wabi sabi. La próxima vez que su pareja haga algo que le moleste, respire hondo y recuerde que las intenciones de su pareja son buenas, aunque la ejecución no lo sea. Del mismo modo, no pase por alto lo positivo.

Todos los días de este mes elija algo que le guste de él o ella, y dígalo: “Ella es considerada” o “Él me hace reír” y piense en un hecho específico que lo respalde: “Me lavó el coche ayer” o “Si estoy triste, me anima con su buen humor”.

Finalmente, no se abrume por sus propias imperfecciones. A veces nos culpamos por todo lo malo que pasa, y eso puede paralizarnos. Piense en sus propias virtudes, convénzase de que las tiene y ponga ejemplos: “Soy considerada: ayer le di a mi amor la última galletita” o “Soy sincero: le digo a mi amada lo que pienso”.

4: Conserve la chispa de su relación
El consejo que dan los expertos a los solteros que buscan a la pareja perfecta es: “Sea usted como quiere que sea su pareja”. Lo mismo se aplica en caso del matrimonio; mientras más feliz sea, más feliz será su unión, y más sencillo será resolver los conflictos. Si 15 minutos de yoga por la mañana, cambiar a café descafeinado o probar un nuevo pasatiempo lo hace sentir relajado, esos sentimientos positivos harán que tengan momentos más felices juntos.

Mientras tanto, admítalo: solía preocuparse mucho por su cabello y por buscar la prenda más sensual para llamar la atención de su pareja, y ahora se conforma con pantalones viejos y una camiseta descolorida para dormir. Es hora de mejorar su apariencia. Peine esa melena, lávese los dientes y cómprese una bata nueva. Sentirse cómodo con su apariencia se notará en su mirada. Es más factible que haga contacto visual, y eso encenderá la chispa en su cónyuge. ¡Y ya saben qué hacer después!

5: Siempre pelee limpio
Los conflictos son una parte normal, e incluso saludable, de cualquier relación. Lo importante es cómo los maneje. En un estudio realizado en Florida con parejas que llevaban mucho tiempo juntas, la habilidad para resolver problemas entre los dos fue un factor clave en el 70 por ciento de las parejas satisfechas; en contraste, solo el 33 por ciento de las parejas insatisfechas dominaba esta habilidad.

Con la actitud y las herramientas correctas, los conflictos abren la puerta hacia una mayor intimidad: la oportunidad de ser visto y amado por lo que realmente es y de aceptar a su pareja, con todo lo adorable y vulnerable que es, y construir una unión sólida sin que nadie se guarde las cosas o se derrumbe.

Lo primero es alejarse de la crítica, la confrontación y la hostilidad, que solo agregan leña al fuego. Investigadores de la Universidad de California que estudiaron a 79 parejas durante más de una década descubrieron que quienes se separan pronto peleaban larga y escandalosamente, y siempre estaban a la defensiva o listos para atacar. Por el contrario, las parejas felices evitan verbalizar los pensamientos críticos, impiden que las discusiones se salgan de control, y no usan palabras como “nunca” y “siempre”.

Si tienen una pelea, cambie el tema, inyecte un poco de humor al momento, muéstrele empatía o dedíquele un gesto especialmente afectuoso. Si es tarde para esto, pida una tregua, aléjese y trate de calmarse.

6: Elija el mejor momento y lugar
No empiece una charla que pueda convertirse en una discusión cuando esté cansado o hambriento. El hambre y la fatiga pueden desencadenar comentarios impacientes y pensamientos cínicos. Por lo mismo, evite el alcohol. Resérvelo para cuando se haya relajado la tensión... ¡entonces sí vale la pena brindar!

Nunca intente discutir temas sentimentales importantes si está ocupado con otra cosa. Apague la televisión o la computadora, descuelgue el teléfono y cierre el libro. Si está distraído o a punto de salir, elija otro momento para hablar. Los conflictos no se resuelven a las corridas.

7: Escuche
Lo mejor para mantener una relación sólida es hablar menos y escuchar más. Las culpas, los insultos y las peleas solo llevan a un mal final o, por lo menos, a un infierno en vida. Si una charla se vuelve una discusión, no interrumpa, ofrezca una solución o defienda demasiado pronto. Los sentimientos a flor de piel necesitan ser expuestos. Asienta con la cabeza, replantee lo que le exprese su pareja o diga un suave “ajá” para demostrar que toma en cuenta las emociones detrás de las palabras. A veces, lo único que necesitamos para sentirnos más cerca de alguien es prestar mayor atención a lo que dice.