Autor: Fernando Sánchez Arias
La inteligencia emocional es otro factor clave para el éxito. ¿Qué es la inteligencia emocional? ¿Cómo podemos desarrollarla?
Desde que el psicólogo francés Alfred Bidet creó la primera prueba para medir el cociente intelectual de una persona hasta hace poco, sólo se había identificado un tipo de inteligencia: la inteligencia basada en aptitudes lógicas, matemáticas y lingüísticas.
En 1983, a través de un libro titulado Estructura de la mente, el profesor Howard Gardner, de la Universidad de Harvard, cambió la forma en que vemos la inteligencia al proponer que existen múltiples inteligencias. Se puede ser inteligente no sólo en los campos de la lógica, las matemáticas y la lingüística, sino también en términos musicales o físicos.
Más adelante, las investigaciones de Peter Salovey, en las que profundizó Daniel Goleman, señalaron que, a menudo, las personas con un coeficiente intelectual alto no tienen tanto éxito como otras que obtienen resultados más bajos en estas pruebas, pero que poseen otras capacidades. Ellos concluyeron que, con frecuencia, el éxito en general requiere más que un buen coeficiente intelectual.
Optimizar la conducta
Como es natural, un buen cociente intelectual puede ayudar a una persona a conseguir un buen empleo o cerrar un buen negocio, pero hay otras capacidades que por lo menos podrían tener igual importancia. El cociente intelectual por sí sólo no es el factor decisivo del éxito de una persona; también se necesita la “Inteligencia emocional”.
La inteligencia emocional se ha definido como la capacidad para identificar la emoción que experimentamos y tomar medidas para equilibrar nuestro estado anímico, generando el desempeño que más convenga para cualquier situación.
Si la inteligencia es la capacidad de actuar utilizando los conocimientos que hemos adquirido, y la emoción es un estado generado por un estímulo interno o externo, tenemos inteligencia emocional cuando reconocemos nuestras emociones y podemos regularlas para optimizar la conducta que éstos inducen en nosotros.
Desarrolla tu inteligencia emocional
¿Cómo puedes alcanzar una mayor inteligencia emocional? En su taller sobre Inteligencia Emocional, Olimpia Petzold y Yahaira Nucette ofrecen las siguientes sugerencias:
Lee libros y artículos sobre inteligencia emocional; el conocimiento aumenta el nivel de conciencia.
Observa tus emociones durante 21 días para ver qué emociones y estados emocionales son más frecuentes en tu vida, y desarrolla un plan para crear un estado emocional que te fortalezca como persona.
Haz ejercicios mentales y físicos de relajación, respiración, meditación y visualización todos los días.
Desahógate verbalmente o por escrito para librarte de la cólera, el temor o la tristeza.
Establece conexiones sociales con personas a quienes admiras y amas.
Ocúpate en lugar de preocuparte. Haz lo que puedas, en vez de sufrir sobre lo que no puedes hacer.
Participa en actividades que generen alegría, felicidad y placer.
No desarrollamos inteligencia emocional de la noche a la mañana. Para alcanzar esta meta, se requiere disciplina y una actitud positiva. Cuando la alcancemos, estaremos en mejores condiciones de ayudar y motivar a las personas que nos rodean. Nos sentiremos auténticos y asertivos, alcanzaremos más y mejores metas, tendremos más éxito, y disfrutaremos más de ese éxito. Además, nos superaremos en tiempos de crisis, cuando sólo los más competentes prevalecerán.
noviembre 30, 2010
noviembre 26, 2010
Pasión, Toma la Vida y Ámala
Autor: John C. Maxwell
Los expertos pasan mucho tiempo tratando de averiguar lo que hace a las personas exitosas. Casi siempre buscan sus credenciales, inteligencia, educación, y otros factores. Pero más que cualquiera otra cosa, la diferencia la hace la pasión. David Sarnoff de la RCA afirma que «nadie puede tener éxito a menos que ame su trabajo».
Si observas las vidas de líderes efectivos, encontrarás que casi nunca encajan en moldes estereotipados. Por ejemplo, más del 50% de todos los altos ejecutivos de la revista Fortuna 500 tienen promedios de C o -C en los primeros años de universidad.
Casi el 75% de todos los presidentes estaban en la mitad inferior de sus clases en la escuela. Más del 50% de todos los empresarios millonarios nunca terminaron los estudios universitarios. ¿Qué le permite a la gente que parece común, lograr grandes cosas? La respuesta es la pasión. En la vida del líder nada puede tomar el lugar de la pasión.
Echemos un vistazo a cuatro verdades sobre la pasión y qué pueden hacer por ti como líder.
1. La pasión es el primer paso para la realización
Tu deseo determina tu destino. Piensa en grandes líderes y quedarás impresionado por su pasión: Gandhi por los derechos humanos, Winston Churchill por la libertad, Martin Luther King Jr. por la igualdad, Bill Gates por la tecnología.
Cualquiera que viva por encima de una vida común tiene un gran deseo. Esto es cierto en cualquier campo: deseos débiles traen resultados flojos, así como un fuego pequeño produce poco calor. Mientras más fuerte sea tu fuego, más grande será el deseo y más grande el potencial.
2. La pasión aumenta tu fuerza de voluntad
Cuentan que un joven poco entusiasta se acercó al filósofo griego Sócrates y le dijo con cierta indiferencia, «Oh, gran Sócrates, vengo a usted en busca de conocimiento».
El filósofo lo llevó hasta el mar, avanzó hasta lo profundo y lo sumergió por treinta segundos. Cuando lo soltó para que tomara aire, le pidió que repitiera lo que quería. El joven farfulló: «Conocimiento, gran conocimiento». Sócrates lo empujó debajo del agua otra vez, solo que ahora un poco más de tiempo.
Después de repetirlo varias veces, el filósofo le preguntó: «¿Qué quieres?», el joven finalmente dijo, jadeando, «¡Aire, quiero aire!» «Bueno», respondió Sócrates, «Ahora, cuando quieras el conocimiento como quieres el aire, lo tendrás».
No hay sustituto para la pasión. Es el combustible de la voluntad. Si quieres cualquier cosa escasamente, no tendrás la voluntad para lograrlo. La única forma de tener esa clase de deseo es desarrollar la pasión.
3. La pasión te cambia
Si te dejas llevar por la pasión, en vez de por las percepciones de otros, llegarás a ser una persona más dedicada y productiva. Eso aumentará tu capacidad de impactar a los demás. Al final, tu pasión tendrá más influencia que tu personalidad.
4. La pasión hace posible lo imposible
El ser humano está hecho de tal forma que cuando cualquier cosa enciende el alma, las imposibilidades desaparecen. Un fuego en el corazón levanta todo en su vida, es por eso que los líderes apasionados son tan efectivos. Un líder con gran pasión y pocas habilidades siempre sobrepasa a un líder con grandes habilidades y ninguna pasión.
A pesar del poder de la pasión, muchas personas en nuestra cultura parecen creer que la pasión es algo de lo que debemos estar recelosos. El sicólogo Tony Campolo ha hecho la siguiente observación: «Estamos atrapados en una etapa específica de nuestro genio nacional en la que no solo somos materialistas sino peor que eso; estamos convirtiéndonos en personas emocionalmente muertas. No cantamos, no bailamos, ni siquiera cometemos pecado con mucho entusiasmo».
¿Es la pasión una característica de tu vida? ¿Te levantas con entusiasmo por el nuevo día? ¿Es el primer día de la semana tu día favorito?, o ¿vives de fin de semana en fin de semana como sonámbulo a través de tu rutina de todos los días? ¿Qué tiempo hace desde que no puedes dormir porque estabas demasiado excitado por una idea?
Si la pasión no es una cualidad en tu vida, estás en problemas como líder. La verdad es que nunca podrás dirigir algo por lo cual no te sientas apasionado. No puedes iniciar un fuego en tu organización a menos que primero se encienda en ti.
Para aumentar tu pasión haz lo siguiente:
Tómate la temperatura. ¿Cuán apasionado eres respecto de tu vida y tu trabajo? ¿Se nota? Haz una evaluación interrogando a varios compañeros de trabajo y a tu esposa sobre tu nivel de deseo. No serás un apasionado mientras no creas que la pasión puede hacer la diferencia en tu vida.
Regresa a tu primer amor. Muchas personas dejan que la vida y las circunstancias los descaminen. Piensa cuando comenzaste tu carrera, o incluso más atrás, cuando eras un niño. ¿Qué te desvió de tu camino? ¿Qué era aquello en lo que podías pasar horas y horas? Trata de recuperar tu antiguo entusiasmo. Después evalúa tu vida y tu carrera a la luz de esos antiguos amores.
Relaciónate con gente de pasión. Esto suena chistoso, pero dime con quién andas y te diré quién eres. Si has perdido tu fuego, acércate a alguien que lo pueda encender. La pasión es contagiosa. Trata de pasar tiempo con alguien que pueda contagiarte.
Los expertos pasan mucho tiempo tratando de averiguar lo que hace a las personas exitosas. Casi siempre buscan sus credenciales, inteligencia, educación, y otros factores. Pero más que cualquiera otra cosa, la diferencia la hace la pasión. David Sarnoff de la RCA afirma que «nadie puede tener éxito a menos que ame su trabajo».
Si observas las vidas de líderes efectivos, encontrarás que casi nunca encajan en moldes estereotipados. Por ejemplo, más del 50% de todos los altos ejecutivos de la revista Fortuna 500 tienen promedios de C o -C en los primeros años de universidad.
Casi el 75% de todos los presidentes estaban en la mitad inferior de sus clases en la escuela. Más del 50% de todos los empresarios millonarios nunca terminaron los estudios universitarios. ¿Qué le permite a la gente que parece común, lograr grandes cosas? La respuesta es la pasión. En la vida del líder nada puede tomar el lugar de la pasión.
Echemos un vistazo a cuatro verdades sobre la pasión y qué pueden hacer por ti como líder.
1. La pasión es el primer paso para la realización
Tu deseo determina tu destino. Piensa en grandes líderes y quedarás impresionado por su pasión: Gandhi por los derechos humanos, Winston Churchill por la libertad, Martin Luther King Jr. por la igualdad, Bill Gates por la tecnología.
Cualquiera que viva por encima de una vida común tiene un gran deseo. Esto es cierto en cualquier campo: deseos débiles traen resultados flojos, así como un fuego pequeño produce poco calor. Mientras más fuerte sea tu fuego, más grande será el deseo y más grande el potencial.
2. La pasión aumenta tu fuerza de voluntad
Cuentan que un joven poco entusiasta se acercó al filósofo griego Sócrates y le dijo con cierta indiferencia, «Oh, gran Sócrates, vengo a usted en busca de conocimiento».
El filósofo lo llevó hasta el mar, avanzó hasta lo profundo y lo sumergió por treinta segundos. Cuando lo soltó para que tomara aire, le pidió que repitiera lo que quería. El joven farfulló: «Conocimiento, gran conocimiento». Sócrates lo empujó debajo del agua otra vez, solo que ahora un poco más de tiempo.
Después de repetirlo varias veces, el filósofo le preguntó: «¿Qué quieres?», el joven finalmente dijo, jadeando, «¡Aire, quiero aire!» «Bueno», respondió Sócrates, «Ahora, cuando quieras el conocimiento como quieres el aire, lo tendrás».
No hay sustituto para la pasión. Es el combustible de la voluntad. Si quieres cualquier cosa escasamente, no tendrás la voluntad para lograrlo. La única forma de tener esa clase de deseo es desarrollar la pasión.
3. La pasión te cambia
Si te dejas llevar por la pasión, en vez de por las percepciones de otros, llegarás a ser una persona más dedicada y productiva. Eso aumentará tu capacidad de impactar a los demás. Al final, tu pasión tendrá más influencia que tu personalidad.
4. La pasión hace posible lo imposible
El ser humano está hecho de tal forma que cuando cualquier cosa enciende el alma, las imposibilidades desaparecen. Un fuego en el corazón levanta todo en su vida, es por eso que los líderes apasionados son tan efectivos. Un líder con gran pasión y pocas habilidades siempre sobrepasa a un líder con grandes habilidades y ninguna pasión.
A pesar del poder de la pasión, muchas personas en nuestra cultura parecen creer que la pasión es algo de lo que debemos estar recelosos. El sicólogo Tony Campolo ha hecho la siguiente observación: «Estamos atrapados en una etapa específica de nuestro genio nacional en la que no solo somos materialistas sino peor que eso; estamos convirtiéndonos en personas emocionalmente muertas. No cantamos, no bailamos, ni siquiera cometemos pecado con mucho entusiasmo».
¿Es la pasión una característica de tu vida? ¿Te levantas con entusiasmo por el nuevo día? ¿Es el primer día de la semana tu día favorito?, o ¿vives de fin de semana en fin de semana como sonámbulo a través de tu rutina de todos los días? ¿Qué tiempo hace desde que no puedes dormir porque estabas demasiado excitado por una idea?
Si la pasión no es una cualidad en tu vida, estás en problemas como líder. La verdad es que nunca podrás dirigir algo por lo cual no te sientas apasionado. No puedes iniciar un fuego en tu organización a menos que primero se encienda en ti.
Para aumentar tu pasión haz lo siguiente:
Tómate la temperatura. ¿Cuán apasionado eres respecto de tu vida y tu trabajo? ¿Se nota? Haz una evaluación interrogando a varios compañeros de trabajo y a tu esposa sobre tu nivel de deseo. No serás un apasionado mientras no creas que la pasión puede hacer la diferencia en tu vida.
Regresa a tu primer amor. Muchas personas dejan que la vida y las circunstancias los descaminen. Piensa cuando comenzaste tu carrera, o incluso más atrás, cuando eras un niño. ¿Qué te desvió de tu camino? ¿Qué era aquello en lo que podías pasar horas y horas? Trata de recuperar tu antiguo entusiasmo. Después evalúa tu vida y tu carrera a la luz de esos antiguos amores.
Relaciónate con gente de pasión. Esto suena chistoso, pero dime con quién andas y te diré quién eres. Si has perdido tu fuego, acércate a alguien que lo pueda encender. La pasión es contagiosa. Trata de pasar tiempo con alguien que pueda contagiarte.
noviembre 24, 2010
ENFOCATE
Autor: David Montalvo
Me encontraba sentado en la banca de un parque observando cómo un niño corría detrás de una pelota con una sonrisa de oreja a oreja que emocionaba a cualquiera; hasta me daban ganas de ayudarle.
Me sorprendió ver la concentración en su objetivo: atrapar la pelota. No le importaba nada más en el universo. Podía caerse la Bolsa de Valores o destruirse el país vecino, pero él tenía que seguir con su “importante tarea”.
Cuando lo logró, no pude dejar de sentir una sensación de paz al ver al niño emocionado por lo que había logrado. Pasara lo que pasara, él tenía sus cinco sentidos puestos en algo. Estaba enfocado.
Nunca es tarde para soñar. La edad avanza pero el espíritu permanece. No importa la fecha que marque el calendario, sino la capacidad de enfoque que tengamos. Siempre es momento para ajustar el lente, clarificar el objetivo, disparar el obturador y capturar con nitidez la imagen de éxito anhelada.
Según una de las definiciones del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española ; el término “enfocar” se refiere a “Dirigir un foco de luz sobre algo o alguien para iluminarlo”.
Precisamente en nuestra vida es necesario iluminar el camino, encendiendo un foco de luz al reflexionar lo que realmente queremos. El mundo necesita personas que quieran limpiar sus lentes de las manchas del negativismo, del “no se puede”, de la apatía o indiferencia y lo hagan brillar con el cumplimiento de sus sueños.
Enfocarnos no en el objetivo que la gente piensa que nos tenemos que enfocar, no en lo que nos dicen las revistas, los periódicos o el programa de moda. No en lo que nos dijeron de niños que teníamos que hacer.
Enfocarnos en lo que realmente estamos llamados a ser, enfocarnos en nuestra misión de vida, la que nos hará sentir inspirados.
¿Cuántos ingenieros que deseaban ardientemente ser médicos? ¿Cuántas personas casadas con alguien con quien no quieren estar? ¿Cuántos empleados trabajando en la empresa que no les gusta? ¿Cuántos vendedores con el sueño de ser cantantes, actores, ingenieros espaciales, biólogos marinos o payasos?
¿Cuántas actividades hemos realizado al estar desenfocados? Momentos que desde luego nos arrojan alguna experiencia positiva, pero no esa inspiración ni magia que se siente cuando hacemos lo que realmente anhelamos.
Enfocarnos es sentarnos a platicar un rato con nuestro interior para descubrir qué es aquello que nos mueve, y luchar por ello aunque al resto del mundo le parezca imposible.
Todavía estás a tiempo para que recuerdes esas tardes de niño en donde tenías como objetivo perseguir una pelota. Sea cual sea el tamaño de tu meta o sueño hoy en día, atrévete a estar en tus cinco sentidos y a enfocarte en lo que siempre has deseado en tu corazón.
Me encontraba sentado en la banca de un parque observando cómo un niño corría detrás de una pelota con una sonrisa de oreja a oreja que emocionaba a cualquiera; hasta me daban ganas de ayudarle.
Me sorprendió ver la concentración en su objetivo: atrapar la pelota. No le importaba nada más en el universo. Podía caerse la Bolsa de Valores o destruirse el país vecino, pero él tenía que seguir con su “importante tarea”.
Cuando lo logró, no pude dejar de sentir una sensación de paz al ver al niño emocionado por lo que había logrado. Pasara lo que pasara, él tenía sus cinco sentidos puestos en algo. Estaba enfocado.
Nunca es tarde para soñar. La edad avanza pero el espíritu permanece. No importa la fecha que marque el calendario, sino la capacidad de enfoque que tengamos. Siempre es momento para ajustar el lente, clarificar el objetivo, disparar el obturador y capturar con nitidez la imagen de éxito anhelada.
Según una de las definiciones del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española ; el término “enfocar” se refiere a “Dirigir un foco de luz sobre algo o alguien para iluminarlo”.
Precisamente en nuestra vida es necesario iluminar el camino, encendiendo un foco de luz al reflexionar lo que realmente queremos. El mundo necesita personas que quieran limpiar sus lentes de las manchas del negativismo, del “no se puede”, de la apatía o indiferencia y lo hagan brillar con el cumplimiento de sus sueños.
Enfocarnos no en el objetivo que la gente piensa que nos tenemos que enfocar, no en lo que nos dicen las revistas, los periódicos o el programa de moda. No en lo que nos dijeron de niños que teníamos que hacer.
Enfocarnos en lo que realmente estamos llamados a ser, enfocarnos en nuestra misión de vida, la que nos hará sentir inspirados.
¿Cuántos ingenieros que deseaban ardientemente ser médicos? ¿Cuántas personas casadas con alguien con quien no quieren estar? ¿Cuántos empleados trabajando en la empresa que no les gusta? ¿Cuántos vendedores con el sueño de ser cantantes, actores, ingenieros espaciales, biólogos marinos o payasos?
¿Cuántas actividades hemos realizado al estar desenfocados? Momentos que desde luego nos arrojan alguna experiencia positiva, pero no esa inspiración ni magia que se siente cuando hacemos lo que realmente anhelamos.
Enfocarnos es sentarnos a platicar un rato con nuestro interior para descubrir qué es aquello que nos mueve, y luchar por ello aunque al resto del mundo le parezca imposible.
Todavía estás a tiempo para que recuerdes esas tardes de niño en donde tenías como objetivo perseguir una pelota. Sea cual sea el tamaño de tu meta o sueño hoy en día, atrévete a estar en tus cinco sentidos y a enfocarte en lo que siempre has deseado en tu corazón.
noviembre 22, 2010
HISTORIAS SOBRE LA ARROGANCIA
Autor: Paulo Coelho
La Arrogancia del Poder
Maestro y discípulo conversaban en una esquina, cuando una anciana los abordó:
"¡Apártense de delante de mi escaparate!,” gritó. “¡Están estorbando a mis clientes!”
El maestro pidió disculpas, y cambió de acera.
Continuaban la conversación, cuando se les acercó un policía.
"Necesitamos que se aparte de esta acera,” dijo el policía. “El conde va a pasar por aquí dentro de poco”.
"Que el conde pase por el otro lado de la calle,” respondió el maestro, sin moverse de su sitio. Después se giró a su discípulo:
"No lo olvides: no seas nunca arrogante con los humildes, ni humilde con los arrogantes”.
La Arrogancia de la Santidad
El monje zen había pasado diez años meditando en su cueva, intentado descubrir el camino de la Verdad. Una tarde, mientras oraba, se le acercó un mono.
El monje intentó concentrarse. El mono, sin embargo, se le acercó despacito y le quitó la sandalia.
-¡Maldito mono! – dijo el monje - ¿por qué has venido a perturbar mis oraciones?
-Tengo hambre – dijo el mono.
-¡Largo de aquí! ¡Estorbas mi comunicación con Dios!
-¿Cómo quieres hablar con Dios, si no eres capaz de comunicarte con los más humildes, como yo? – dijo el mono.
Y el monje, avergonzado, le pidió disculpas.
La Arrogancia de la Fuerza
La aldea estaba amenazada por una tribu de bárbaros. Los habitantes fueron abandonando sus casas, y huyeron hacia un lugar más seguro. Al final del año, todos habían partido, excepto un grupo de jesuitas.
El ejército bárbaro entró en la ciudad sin encontrar resistencia e hizo una gran fiesta para celebrar la victoria. En mitad de la comida, apareció un padre jesuita.
“Habéis entrado aquí y habéis echado fuera la paz. Os pido por favor que os vayáis sin demora”.
"¿Por qué no has huido todavía?,” gritó el jefe bárbaro. “¿No ves que puedo atravesarte con mi espada sin siquiera pestañear?”
El padre respondió con calma:
"¿No ves que yo puedo ser atravesado por una espada sin siquiera pestañear?”
Sorprendido por tan gran serenidad ante la muerte, el jefe bárbaro y su tribu abandonaron el lugar al día siguiente.
La Arrogancia de la Envidia
En el desierto de Siria, decía Satanás a sus discípulos: “el ser humano siempre está más preocupado por desear el mal a los otros que en hacerse el bien a sí mismo”.
Y para probar lo que decía, decidió tentar a dos hombres que descansaban allí cerca.
"He venido para hacer realidad tus deseos,” le dijo a uno de ellos. “Puedes pedir lo que quieras, que te será dado. Tu amigo recibirá lo mismo que tú, pero el doble”.
El hombre permaneció largo tiempo en silencio.
Finalmente, dijo:
"Mi amigo está contento, porque obtendrá el doble que yo, sea cual sea mi deseo. Pero he conseguido prepararle una trampa: mi deseo es que me dejes ciego de un ojo”.
La Arrogancia del Poder
Maestro y discípulo conversaban en una esquina, cuando una anciana los abordó:
"¡Apártense de delante de mi escaparate!,” gritó. “¡Están estorbando a mis clientes!”
El maestro pidió disculpas, y cambió de acera.
Continuaban la conversación, cuando se les acercó un policía.
"Necesitamos que se aparte de esta acera,” dijo el policía. “El conde va a pasar por aquí dentro de poco”.
"Que el conde pase por el otro lado de la calle,” respondió el maestro, sin moverse de su sitio. Después se giró a su discípulo:
"No lo olvides: no seas nunca arrogante con los humildes, ni humilde con los arrogantes”.
La Arrogancia de la Santidad
El monje zen había pasado diez años meditando en su cueva, intentado descubrir el camino de la Verdad. Una tarde, mientras oraba, se le acercó un mono.
El monje intentó concentrarse. El mono, sin embargo, se le acercó despacito y le quitó la sandalia.
-¡Maldito mono! – dijo el monje - ¿por qué has venido a perturbar mis oraciones?
-Tengo hambre – dijo el mono.
-¡Largo de aquí! ¡Estorbas mi comunicación con Dios!
-¿Cómo quieres hablar con Dios, si no eres capaz de comunicarte con los más humildes, como yo? – dijo el mono.
Y el monje, avergonzado, le pidió disculpas.
La Arrogancia de la Fuerza
La aldea estaba amenazada por una tribu de bárbaros. Los habitantes fueron abandonando sus casas, y huyeron hacia un lugar más seguro. Al final del año, todos habían partido, excepto un grupo de jesuitas.
El ejército bárbaro entró en la ciudad sin encontrar resistencia e hizo una gran fiesta para celebrar la victoria. En mitad de la comida, apareció un padre jesuita.
“Habéis entrado aquí y habéis echado fuera la paz. Os pido por favor que os vayáis sin demora”.
"¿Por qué no has huido todavía?,” gritó el jefe bárbaro. “¿No ves que puedo atravesarte con mi espada sin siquiera pestañear?”
El padre respondió con calma:
"¿No ves que yo puedo ser atravesado por una espada sin siquiera pestañear?”
Sorprendido por tan gran serenidad ante la muerte, el jefe bárbaro y su tribu abandonaron el lugar al día siguiente.
La Arrogancia de la Envidia
En el desierto de Siria, decía Satanás a sus discípulos: “el ser humano siempre está más preocupado por desear el mal a los otros que en hacerse el bien a sí mismo”.
Y para probar lo que decía, decidió tentar a dos hombres que descansaban allí cerca.
"He venido para hacer realidad tus deseos,” le dijo a uno de ellos. “Puedes pedir lo que quieras, que te será dado. Tu amigo recibirá lo mismo que tú, pero el doble”.
El hombre permaneció largo tiempo en silencio.
Finalmente, dijo:
"Mi amigo está contento, porque obtendrá el doble que yo, sea cual sea mi deseo. Pero he conseguido prepararle una trampa: mi deseo es que me dejes ciego de un ojo”.
noviembre 14, 2010
LIDERAZGO ASERTIVO
Autor: Miguel Ángel Cornejo
Conferencista Internacional, especialista en liderazgo, alta dirección.
¿Qué son las relaciones asertivas?
La palabra asertividad tiene su origen en el vocablo aseverar, que según el diccionario de la real academia Española significa: “Declarar o afirmar positivamente, con seguridad y con sencillez y fuerza” lo que yo siento, pienso y quiero, por lo que la conducta asertiva consiste básicamente en la expresión adecuada de cualquier emoción que no sea la ansiedad hacia otras personas, convirtiéndose así en el arte de relacionarse con los demás para lograr alcanzar la intimidad.
El líder de excelencia encuentra en esta técnica la fórmula para ser agresivo sin ofender, ya que siempre reconocerá la capacidad del otro, o aceptar o no sus emociones, pero el objetivo no consiste en convencer al otro, sino poder externar abiertamente lo que sentimos.
Cuántas veces nos sucede que salimos de una reunión o de alguna entrevista reprochándonos el porqué no dijimos lo que sentíamos, y esto nos lleva a una devaluación de nuestra propia autoestima.
La aserción nos lleva a aumentar nuestro respeto propio, pues nos permite afirmar constantemente nuestra personalidad, logrando la autoestima.
Niveles de aserción:
Nivel 1: actitud asertiva
Consiste, básicamente, en la actitud de cambio del líder. Es la convicción profunda de cambiar para desarrollar toda nuestra potencialidad, reconociéndonos como los poseedores únicos de nuestra vida, así como de los resultados que hemos obtenido hasta la fecha, liberando de la responsabilidad de nuestros fracasos a los demás.
Nivel 2: comunicación asertiva.
Es cuando logramos comunicar abiertamente nuestras emociones sin ofender a los demás; está internamente relacionado con nuestra capacidad de solicitud. Cuántas veces hemos dejado de solicitar algo por el único temor de que nos lo nieguen. La persona asertiva lo intenta siempre, con la certeza de que de no hacerlo se cierra una opción más de lograr lo que desea.
Nivel 3: intimidad
A través de los niveles anteriores podremos llegar al pináculo de la asertividad, que es precisamente la intimidad. Seguramente usted ha vivido la experiencia de haber conocido a alguna persona y a las pocas horas de conversación sentir como si se conocieran desde hacía muchos años; sentir su confianza, aceptación y sobre todo su sinceridad, pues externa sin vacilaciones lo que siente, quiere y desea, sin rebuscamiento ni actuaciones manipuladoras.
Concluyendo, un Líder Asertivo de Excelencia tiene las siguientes características:
Tiene una gran capacidad de cambio y adaptación.
Acepta y desafía sus limitaciones.
Hace que las cosas sucedan-no espera.
Domina su neurosis.
Se conquista y decide ser él mismo.
Expresa adecuadamente sus limitaciones.
Tiene capacidad de solicitar lo que desea.
Lo caracteriza lograr en forma omnidireccional la intimidad.
Se estima y se autorrespeta.
Es un ser en búsqueda permanente de su realización.
Conferencista Internacional, especialista en liderazgo, alta dirección.
¿Qué son las relaciones asertivas?
La palabra asertividad tiene su origen en el vocablo aseverar, que según el diccionario de la real academia Española significa: “Declarar o afirmar positivamente, con seguridad y con sencillez y fuerza” lo que yo siento, pienso y quiero, por lo que la conducta asertiva consiste básicamente en la expresión adecuada de cualquier emoción que no sea la ansiedad hacia otras personas, convirtiéndose así en el arte de relacionarse con los demás para lograr alcanzar la intimidad.
El líder de excelencia encuentra en esta técnica la fórmula para ser agresivo sin ofender, ya que siempre reconocerá la capacidad del otro, o aceptar o no sus emociones, pero el objetivo no consiste en convencer al otro, sino poder externar abiertamente lo que sentimos.
Cuántas veces nos sucede que salimos de una reunión o de alguna entrevista reprochándonos el porqué no dijimos lo que sentíamos, y esto nos lleva a una devaluación de nuestra propia autoestima.
La aserción nos lleva a aumentar nuestro respeto propio, pues nos permite afirmar constantemente nuestra personalidad, logrando la autoestima.
Niveles de aserción:
Nivel 1: actitud asertiva
Consiste, básicamente, en la actitud de cambio del líder. Es la convicción profunda de cambiar para desarrollar toda nuestra potencialidad, reconociéndonos como los poseedores únicos de nuestra vida, así como de los resultados que hemos obtenido hasta la fecha, liberando de la responsabilidad de nuestros fracasos a los demás.
Nivel 2: comunicación asertiva.
Es cuando logramos comunicar abiertamente nuestras emociones sin ofender a los demás; está internamente relacionado con nuestra capacidad de solicitud. Cuántas veces hemos dejado de solicitar algo por el único temor de que nos lo nieguen. La persona asertiva lo intenta siempre, con la certeza de que de no hacerlo se cierra una opción más de lograr lo que desea.
Nivel 3: intimidad
A través de los niveles anteriores podremos llegar al pináculo de la asertividad, que es precisamente la intimidad. Seguramente usted ha vivido la experiencia de haber conocido a alguna persona y a las pocas horas de conversación sentir como si se conocieran desde hacía muchos años; sentir su confianza, aceptación y sobre todo su sinceridad, pues externa sin vacilaciones lo que siente, quiere y desea, sin rebuscamiento ni actuaciones manipuladoras.
Concluyendo, un Líder Asertivo de Excelencia tiene las siguientes características:
Tiene una gran capacidad de cambio y adaptación.
Acepta y desafía sus limitaciones.
Hace que las cosas sucedan-no espera.
Domina su neurosis.
Se conquista y decide ser él mismo.
Expresa adecuadamente sus limitaciones.
Tiene capacidad de solicitar lo que desea.
Lo caracteriza lograr en forma omnidireccional la intimidad.
Se estima y se autorrespeta.
Es un ser en búsqueda permanente de su realización.
noviembre 07, 2010
Construye y Canta
¿Te has puesto a observar la actitud de los pájaros ante las adversidades?
Están días y días haciendo su nido, recogiendo materiales a veces traídos desde largas distancias.. .
…Y cuando ya está terminado y están prontos para poner los huevos, las inclemencias del tiempo o la obra del ser humano o de algún animal lo destruye y tira por los suelos lo que con tanto esfuerzo se logró…
¿Qué hace el pájaro? ¿Se paraliza, abandona la tarea?
De ninguna manera. Vuelve a recomenzar, una y otra vez, hasta que en el nido aparecen los primeros huevos.
A veces -muchas veces- antes de que nazcan los pichones algún animal, un niño, una tormenta, vuelve a destruir el nido, pero esta vez con su precioso contenido…
Duele recomenzar desde cero… pero aun así el pájaro jamás enmudece ni retrocede, sigue cantando y construyendo, construyendo y cantando…
¿Has sentido que tu vida, tu trabajo, tu familia, tus amigos no son los que soñaste? ¿Has querido decir basta, no vale la pena el esfuerzo, esto es demasiado para mí?
¿Estás cansado de recomenzar, del desgaste de la lucha diaria, de la confianza traicionada, de las metas no alcanzadas cuando estabas a punto de lograrlo?
Por más que te golpee la vida no te entregues nunca, di una oración, pon tu esperanza al frente y arremete.
No te preocupes si en la batalla sufres alguna herida, es de esperar que algo así suceda.
Junta los pedazos de tu esperanza, ármala de nuevo y vuelve a arremeter.
No importa lo que pase… no desmayes, sigue adelante.
La vida es un desafío constante pero vale la pena aceptarlo.
Construye, construye y sigue cantando...
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